Mucho se está hablando estos días del supuesto enfrentamiento de Pablo Casado con algunos de sus barones después de los malos resultados del PP en las dos consultas electorales celebradas esta primavera. Hay tensiones, como es lógico, pero algunos se empeñan en llevar las cosas más allá y en poner en tela de juicio la figura de algunos barones especialmente castigados por los electores y la del propio Casado.
Según dirigentes del PP citados por El Confidencial Digital, varios líderes del partido en las comunidades autónomas han quedado “muy tocados” por los malos resultados cosechados tanto en las generales como el 26-M. Y, por eso, empiezan a extenderse rumores sobre congresos extraordinarios en algunas regiones.
Sin embargo, en las ejecutivas regionales, incluso aquellas con peores resultados, no ven ningún tipo de amenaza procedente de Madrid. Saben que en estos momentos no puede abrirse un nuevo proceso de cambio. Sería suicida ya que hace apenas dos años se celebraron congresos en la mayoría de las comunidades autónomas. Por tanto, estas elecciones del 26-M han sido las primeras a las que han tenido que presentarse muchos líderes regionales, entre ellos el de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, que ni siquiera lleva un año en el cargo.
El mensaje en ese sentido es claro: “Si Casado no se va porque solo se ha presentado a unas únicas elecciones y las ha perdido, nosotros tampoco”. No tiene ningún sentido.
Además, candidatos que no han cumplido las expectativas todavía tienen opciones de gobernar. Aseguran algunos que con los resultados del pasado 26 de mayo en la mano, los líderes del PP más señalados son José Antonio Monago (Extremadura) y Paco Núñez, que no lograron impedir la mayoría absoluta del PSOE en sus respectivas comunidades.
No obstante, solo Monago podría ver peligrar su puesto porque al frente del PP extremeño desde hace 11 años. Núñez, en cambio, sustituyó a María Dolores de Cospedal hace menos de 10 meses. Lleva menos tiempo, incluso, que Pablo Casado.