Los empresarios alertan con frecuencia del excesivo coste que genera el absentismo laboral en España, como uno de los factores que más perjudican la productividad de las empresas. En 2018 se perdieron en España 1.200 millones de horas por absentismo laboral, lo que equivale a que 753.000 personas no trabajen ni un día en todo el año. Un coste que la para la Seguridad Social y las mutuas de accidentes de trabajo es de 8.637 millones de euros, y de 6.900 millones para las empresas, según la CEOE.
La radiografía del absentismo laboral se proyecta de una forma muy dispar en España. Un informe de Adecco sitúa al País Vasco, Navarra, Asturias y Castilla y León como las autonomías con mayores índices de absentismo laboral, todas ellas con pérdidas superiores a las 100 horas anuales por asalariado, frente a las 86,7 horas de media nacional. Por contra, Baleares, Andalucía y Castilla-La Mancha destacan justo por lo contrario: sus trabajadores fueron el pasado año los que menos se ausentaron de sus puestos. En concreto, en el caso de los operarios de esta tierra la pérdida fue de 71 horas, 29 menos que la media nacional.
Los mayores índices de absentismo coinciden en líneas generales con las comunidades autónomas con menor tasa de paro. En el País Vasco el desempleo se sitúa en el 9,6 por ciento, al cierre de marzo, según la EPA, mientras que en Navarra fue incluso inferior, con una tasa del 8,2 por ciento. Por el contrario, en Andalucía y Castilla-La Mancha el desempleo se encuentra muy por encima del promedio nacional. Unos porcentajes que abonan la tesis de que el absentismo es mayor allí donde hay más riqueza y empleo y menor donde el escenario es a la inversa.