Vender la casa y seguir viviendo en ella hasta el final de los días es una práctica poco conocida en Castilla-La Mancha... aunque también en el resto de España, donde tan sólo se dieron 1.457 casos el pasado año. Sin embargo, es muy corriente en países como Francia, Italia o Estados Unidos, a la que suelen recurrir propietarios de avanzada edad sin descendencia directa que no disponen de la suficiente liquidez, o que simplemente quieren pasar sus últimos años de vejez sin apuros económicos y poder sufragarse ciertos cuidados para los que no alcanza su pensión.
En España, durante 2018, las compraventas por este sistema fueron de 1.457, con la Comunidad Valencia (295), Madrid (250) y Cataluña (221) a la cabeza de este tipo de operaciones. En Castilla-La Mancha tan sólo 21 familias optaron por esta fórmula de nuda propiedad, que el sector augura que irá en alza.
La compraventa en nuda propiedad, como se conoce esta práctica en términos jurídicos, permite al vendedor mantener el usufructo de su casa hasta fallecer, a cambio ya sea de un pago único, de una renta vitalicia (para no gastárselo todo de golpe) o de una fórmula mixta entre ambas, al tiempo que se libra de pagar parte de los gastos de la casa, como el IBI o las derramas extraordinarias, que pasan a cargo del comprador.
Eso sí, la vivienda se venderá por un precio entre un 25 y 50 por ciento por debajo al de mercado, ya que quien la adquiere no podrá hacer uso de ella hasta pasados entre 10 y 15 años, apuntan los expertos. De esta forma, el precio dependerá no solo del valor de la casa, sino especialmente de la edad y sexo del vendedor.