Ha sorprendido en medios políticos y ciudadanos la declaración del martes del exalcalde de Guadalajara Antonio Román por la dureza con la que ha calificado la gestión de su sucesor en el ayuntamiento, Alberto Rojo, en estos primeros cien días de gobierno. Román ha reaccionado a los ataques que viene recibiendo por parte del actual equipo de gobierno y su intención, entre otras cosas, de constituir una comisión de investigación del Mercado de Abastos.
Un político habitualmente moderado y tranquilo como es Antonio Román ha sorprendido a todos con su arremetida contra Rojo al decir que las tres medidas más importantes de su gobierno han sido “subirse el sueldo, colocar a hermanos y aprobar una subida de impuestos para pagar el sueldo de esos hermanos”.
El cabeza de lista del PP al Senado por Guadalajara ha calificado el anuncio del PSOE y Ciudadanos sobre la creación de una Comisión de Investigación del Mercado de Abastos de “campaña electoral” y ha advertido que pueden ser “peligrosas” algunas actitudes del PSOE porque ponen en riesgo los Fondos Europeos que el PP consiguió para la ciudad. “Si quieren investigar, les veré en los juzgados, si así lo estima un juez”, ha sentenciado Román al respecto.
También ha criticado con dureza a Ciudadanos al recordar la reprobación de la alcaldesa socialista de Móstoles por colocar a su hermana y cómo el Grupo de Ciudadanos ponía un enchufe de color rojo en la plaza Mayor de la localidad madrileña, pero “aquí no he visto el enchufe de color naranja para denunciar que el alcalde, el señor Rojo, y el primer teniente de alcalde, el señor Pérez Borda, han colocado a los hermanos de dos concejales del Grupo de Ciudadanos en un claro ejemplo de nepotismo y de enchufismo”.
El PSOE no ha tardado en responder y lo ha hecho, también con dureza, a través de otro candidato al Senado: Julio García. Éste considera que Antonio Román se pone "muy nervioso cuando le preguntan por su gestión en el Ayuntamiento, y eso es porque usó la institución para hacer oposición al Gobierno de Castilla-La Mancha, poniéndole zancadillas por puro sectarismo, aunque ello conllevara poner en peligro proyectos tan importantes como el nuevo Campus o la ampliación del Hospital”, y ha subrayado que “ahora que ya no es alcalde sigue intentando hacer lo mismo, porque le molesta que ahora las cosas salgan adelante a pesar de su empeño porque no fuese así”.
Todo ha derivado en algo más que una simple disputa de precampaña y no se sabe con qué recorrido ni consecuencias. No tratan solo de desgastar la imagen de Román como candidato a la Cámara Alta sino de contraponer su figura como alcalde, su gestión y su relación con el gobierno regional a la de los actuales gobernantes locales. Y a la dureza de las acciones que anuncian responde duramente el exacalde.