El grupo británico de distribución Kingfisher ha dado marcha atrás a su plan de abandonar nuestro país y no cerrar los 28 establecimientos que bajo la enseña Brico Dépôt explota en España, uno de ellos en el centro comercial de Olías del Rey, en la provincia de Toledo.
Al final de 2018, la multinacional inglesa anunció su deseo de cerrar o vender sus tiendas de bricolaje en la Península Ibérica y Rusia, al entender que no tenía suficiente escala para competir en estos mercados.
Ahora, con la incorporación de su nuevo consejero delegado, Thierry Garnier, el grupo ha decidido revertir parte de esta decisión y seguir operando en España y Portugal, mientras sigue negociando la venta de los centros en Rusia. La estrategia en España pasa ahora por potenciar las ventas digitales, apostar por competir de manera agresiva en precios y probar nuevos formatos con tiendas más pequeñas.
Los locales de Brico Dépôt en España reabrieron por fases el pasado mes de mayo, tras dos meses cerrados por el confinamiento. Sumando los tres establecimientos abiertos en Portugal, la compañía emplea a casi dos mil operarios. En el ejercicio concluido en 2020, la filial ibérica del grupo facturó 361 millones de euros, con un beneficio de 2,2 millones de euros.