La carencia de respiradores fue uno de los principales problemas de los momentos más duros de la pandemia del Covid-19 en Castilla-La Mancha. Los equipos escaseaban, el mercado estaba saturado y la región tuvo que pelearse con uñas y dientes para traer los equipos que había logrado comprar en Turquía y que en un primer momento fueron requisados por el país otomano. De ahí que cobre especial importancia una donación que acaba de concretarse de Iberdrola.

Y es que este lunes llegaban a Castilla-La Mancha 16 equipos de respiración de última generación, donados por la eléctrica, con el fin de contribuir a reforzar la capacidad de respuesta de los servicios sanitarios frente al COVID-19.

Voluntarios de la compañía han colaborado en las labores de gestión del cargamento de respiradores, modelo Aeonmed VG70 (Intrusive Oxygen Ventilator), entregado al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) para su posterior reparto a centros hospitalarios de las distintas provincias de la Comunidad.

Según apunta la compañía, esta iniciativa forma parte de la acción global desarrollada por el grupo Iberdrola durante la crisis sanitaria del coronavirus y completa el proceso de entrega de material de primera necesidad, aprovechando su capacidad de acceso global a suministros, así como otras acciones solidarias realizadas en los últimos meses por valor de más de 30 millones de euros.

Desde el inicio de la pandemia, el grupo ha adquirido para su donación a las autoridades sanitarias y centros hospitalarios un total de 400 equipos de respiración -a los 300 que llegaron a España en la madrugada del pasado martes se suman 50 donados a Brasil y otros 50 distribuidos con anterioridad en España-; así como 4,6 millones de mascarillas, 120.000 buzos de protección y 20.000 gafas de protección; todo ello gestionado a través de los proveedores Iturri, Wottoline, Amara y Viral Health. En esta ocasión, la logística ha sido realizada por el grupo de transporte DSV.

La donación de material sanitario y de prevención, en coordinación con las autoridades, ha formado parte de la respuesta global del grupo Iberdrola contra la crisis sanitaria del coronavirus.

El grupo activó un plan de acción contra la pandemia, con más de 150 medidas, para proteger a sus trabajadores y proveedores, asegurar el suministro de su servicio esencial y atender las necesidades de colectivos y clientes más vulnerables.