La Fundación Museo del Ejército ha publicado en las redes sociales un enlace a la página de Flickr en la que muestran las crías de halcón que hay en el torreón del Alcázar de Toledo, emblemático edificio que acoge el Museo del Ejército y la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
En las imágenes pude verse el anillado de los halcones, la identificación, la cría, el nido o la alimentación. Una interesante muestra gráfica de algo que ocurre en las alturas del Casco Histórico toledano y que pasa prácticamente desapercibicido para la ciudad.
El Alcázar de Toledo acoge desde hace varios años un nido artificial con pollos de halcón peregrino. Corresponde a un proyecto de cría en cautividad y reintroducción del halcón peregrino en edificios históricos de Toledo que, entre otros objetivos, busca luchar contra la proliferación de las palomas, que tanto daño causan al patrimonio de la ciudad.
Pero el proyecto es algo más que eso ya que se trata de recuperar una especie en peligro. En 2020, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Medioambiente, el Gobierno de Castilla-La Mancha reintrodujo cuatro pollos de halcón peregrino en el Alcázar, siendo su principal objetivo el establecimiento de parejas reproductoras e incrementar la población de esta especie en la provincia.
Se mantiene la idea de incrementar la población de halcón peregrino en la provincia, que se encuentra muy mermada. Esta ave autóctona es una especie declarada como “vulnerable” en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla la Mancha, por lo que su reintroducción y el reforzamiento de las poblaciones naturales es de gran interés para la conservación de la biodiversidad en la provincia.
Los pollos terminan su crecimiento en dicha estructura, improntándose o troquelándose, esto es un proceso de aprendizaje del lugar, su paisaje y elementos, de modo que acaben considerándolo su lugar de nacimiento. De este modo y debido a un fenómeno denominado filopatría, un porcentaje relevante de los pollos volverán al lugar donde han sido liberados para intentar establecer un territorio y reproducirse, lográndose el objetivo de recuperar poblaciones extintas en localizaciones históricas.
La presencia de juveniles como de parejas reproductoras en diferentes enclaves de la ciudad pueden ayudar a reducir la presión de palomas y otras aves sobre el patrimonio arquitectónico y monumental de la ciudad, contribuyendo a reducir los costes de limpieza, opinan los expertos.