Ciudadanos se encuentra metido de lleno en un intenso proceso de refundación. El partido que lidera Inés Arrimadas se desangra electoralmente y, ante el evidente riesgo de desaparición, está tomando medidas con el objetivo de evitar la debacle definitiva y sobrevivir en las próximas convocatoriales electorales, primero las autonómicas y municipales de mayo de 2023 y después las generales.
En este proceso y bajo la coordinación de la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, los liberales se plantean cambiar incluso de nombre y poner en marcha una alternativa liberal en España.
Con este objetivo, y según informa El Mundo, Inés Arrimadas ha delegado en un «equipo político», un G8 que lidera Villacís, la persona que sonó como sucesora tras la quiebra en el 19-J, y en el que se integra la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, uno de los valores al alza de Ciudadanos en Castilla-La Mancha.
El número dos de ese comité es Guillermo Díaz, diputado por Málaga. Y lo completan Adrián Vázquez, eurodiputado y nexo de unión con los socios liberales europeos; María Muñoz, diputada por Valencia y experta económica y financiera; Patricia Guasp, portavoz en el Parlamento balear y la voz de las autonomías en ese equipo; y tres rostros del ámbito municipal, donde Ciudadanos jugará sus penúltimas balas: Eva Masías, alcaldesa de Ciudad Real; Mariano Fuentes, concejal de Urbanismo en Madrid, y Dimas Gragera, edil en Santa Coloma.
La propia presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha puesto a la alcaldesa de Ciudad Real como ejemplo de éxito en la gestión municipal, poniendo las necesidades de la ciudad por encima de los intereses partidistas, tal como ha dicho la propia Arrimadas en una entrevista este domingo con la agencia Europa Press.
Llama la atención la ausencia en este equipo de Carmen Picazo, líder de Ciudadanos en Castilla-La Mancha y portavoz de este partido en las Cortes autonómicas.