La evacuación de un cazador este fin de semana en el término municipal de Almodóvar del Campo (Ciudad Real), donde las hipótesis apuntan a un disparo accidental en su pie, ha puesto sobre la mesa un "debate ineludible": la presencia y participación de personas menores de edad en estas convocatorias. Así lo ha dicho la Fundación Franz Weber en un comunicado en el que pide expresamente la prohibición de la presencia de niños en las cacerías después de este accidente.
La normativa estatal sobre armas especifica que los menores a partir de los 14 años pueden obtener una licencia y emplear "potentes" artefactos en entornos naturales, pero, según afirma la Fundación, "deja a criterio de este sector la presencia de niños y niñas de inferior edad durante las cacerías, exponiéndolos también a cualquier situación, desde caídas a disparos negligentes o reacciones de animales heridos".
Además, explica el comunicado de la Fundación, "ni la Ley de Caza de Castilla-La Mancha ni sus órdenes de vedas determinan medidas adicionales, por lo que desde los 14 pueden participar en las batidas, acompañados por una persona adulta responsable, disparar a animales o exponerse a los mismos contextos".
La Fundación Franz Weber censura, en este sentido, "la actitud del lobby procaza, que intenta que menores se impliquen en una práctica que implica el uso de armas, de fuego o de filo, como los cuchillos para rematar a jabalíes, y situaciones de evidente inseguridad y que afectan tanto a su integridad física como moral".
Voz de alarma
Con estos antecedentes y con cientos de incidentes relacionados con la caza que se producen cada año en España, "los naturalistas han dado la voz de alarma exigiendo a la Junta avances legales para vetar la presencia y participación de menores de edad en una actividad de peligro para los mismos".
El accidente en la provincia de Ciudad Real no es el único. Desde comienzos de año han sido varios los fallecimientos relacionados directamente con la caza y otros tantos incidentes donde se refieren personas lesionadas de diversa consideración a los respectivos Servicios de Emergencia autonómicos, explica la Fundación.
"Con la temporada de caza en marcha y niños acompañando a adultos, los naturalistas denuncian que las administraciones públicas ignoran deliberadamente el consumo de bebidas alcohólicas que se da en estos contextos, señalando que la única tasa aceptable mientras se portan armas debería ser cero".
En este sentido mencionan un reciente informe del Senado de Francia, cuya principal propuesta "es prohibir estos consumos a los cazadores alertando sobre el número de víctimas y heridos que provoca la actividad en el país vecino".
FFW señala que la caza en estas condiciones es un peligro para la Naturaleza, para la biodiversidad y para cualquier persona que participe en las batidas o que sea ajena a las mismas. Así, ponen como ejemplo las víctimas causadas por escopeteros que afirman “haberse confundido” al disparar.