Durante 50 números, entre mayo de 1975 y noviembre de 1979, la revista 'Ozono' fue una revista de referencia sobre cultura, músicas, artes y luchas sociales y políticas, entre ellas feminismo, orientación sexual o ecología. Fue un "sueño alternativo" que ahora se rescata en un libro que no solo recuerda aquel proyecto, sino que afianza la actualidad de muchos de sus contenidos.

El periodista ciudadrealeño Alfonso González-Calero fue el director de 'Ozono. Revista de música y otras muchas cosas' la mayor parte del tiempo, desde diciembre de 1975 (recién muerto Franco) hasta el final, y ahora es el promotor del libro que rememora lo que fue la revista, según ha explicado a Efe en Toledo, donde dirige la editorial 'Almud' que lo publica en su colección Miscelánea.

La idea del libro arrancó porque González-Calero apenas encontraba nada de 'Ozono' en las redes sociales, al contrario de lo que ocurre con las otras dos publicaciones similares del momento: 'El viejo topo', que se mantiene, y la anarquista 'Ajoblanco'.

Los 50 números

Lo primero para subsanarlo ha sido la publicación digital de los 50 números de 'Ozono' en la web de la Fundación Cervantes virtual, que ya está a disposición de cualquier interesado. Lo segundo ha sido publicar en un libro las 50 portadas de la revista con cada uno de los sumarios y un artículo de cada número.

También incluye cuarenta colaboraciones, por una parte articulistas de 'Ozono' que explican lo que supuso la revista en su momento o en qué consistía su sección, y por otra hay trece perfiles de colaboradores ya fallecidos, entre ellos Manu Leguineche, Alberto Corazón, Juan González Álvaro, Rafael Chirbes, Mauro González Ruano, Juan Goytisolo o Eduardo Haro Ibars.

El libro no solo es un recuerdo a aquella revista sino también a un empeño editorial y cultural que aguantó cinco años y abordó temas como el feminismo (entrevistó a Simone de Beauvoir), las guerras y revoluciones (Vietnam, Portugal, Chile), la orientación sexual, la ecología, los derechos humanos, las drogas, la prensa, el cómic, el teatro, los libros... y la música, mucha música, ya sea jazz, rock, flamenco, canción de autor o folk.

Etapas

'Ozono' arrancó en mayo de 1975 como proyecto de un grupo de periodistas musicales, entre ellos Juan de Pablos, Diego Manrique, Gonzalo Garciapelayo y Álvaro Feito, entre otros.

Debido a las deudas que generó en sus cinco primeras entregas, el impresor, Felipe Cantos Ortiz (Industrias Felmar), optó por quedarse con la cabecera y la integró en su empresa, donde trabajaba Alfonso González-Calero, que empezó a dirigir 'Ozono'.

Esta segunda etapa (desde diciembre de 1975 hasta septiembre de 1976) contó con el periodista Manu Leguineche como editor y con su cantera de reconocidos colaboradores a través de la agencia Colpisa (Nativel Preciado, Ramón Chao, Juan Goytisolo, Marisa Ciriza, Francisco Umbral o Fernando Savater, entre otros), y con los diseños innovadores de Alberto Corazón e ilustradores como Juan Carlos Eguillor o El Cubri.

La tercera y última etapa fue más austera, el color dejó paso al blanco y negro y algunas firmas conocidas desparecieron, pero la revista se mantuvo hasta noviembre de 1979.

Lo que fue para ellos Ozono

La revista tuvo un amplio abanico de colaboradores, algunos desde Cataluña, País Vasco, Andalucía, Galicia o Canarias, y varios de ellos explican en el libro lo que fue para ellos: Gonzalo Garciapelayo recuerda la entrevista que hizo a Francois Truffaut cuando pasó por Madrid para presentar una película.

Antonio Gómez destaca de "aquella aventura" la mezcolanza de formas culturales.

Javier López Linage considera que algunas de las "importantes contribuciones" de Ozono están, 45 años después, muy ubicadas en el imaginario de la sociedad española.

María Luisa Maillard apunta que ninguno de los temas que propuso fueron censurados: "se iniciaba con ilusión el ensayo de la libertad".

Héctor Anabitarte y Ricardo Lorenzo subrayan que "es un verdadero orgullo haber escrito en ella. Es parte de nuestra biografía, de nuestra historia".

Montxo Algora (ilustrador) admite que "nunca fue mayoritaria, pero hay que decir que fue un elemento tremendamente inspirador y catalizador de muchas de las cosas que vinieron después".

María Antonia García de León (socióloga) suscribe hoy todos sus artículos feministas "tanto en el fondo como en la forma" y recuerda que uno de ellos tuvo problemas con el Tribunal de Orden Público, que lo consideró "destructivo".

José María Esteban envío su texto para el libro pero falleció antes de su publicación, este pasado mes de abril a los 71 años. En ese artículo recuerda la crítica que hizo del primer concierto de los Rolling Stones en España, en junio de 1976 en Barcelona.

El libro es un capricho

"El libro es un capricho, un recuerdo. ¿Para qué sirve? pues para dejar constancia de lo que se movía en el mundo de la cultura en aquellos años de efervescencia, inmediatamente después de la muerte de Franco", ha explicado González-Calero, que se había licenciado en Periodismo en 1972.

Agrega que fue "un sueño", porque era el empeño de unos pocos osados que no tenían demasiados recursos, y que fue "alternativo" porque aglutinó las ansias de libertad en muchos frentes. Eran progresistas en un sentido "muy heterogéneo y amplio" que estaban preocupados por la cultura.

El libro 'Ozono. Un sueño alternativo 1975-1979', coordinado por González-Calero y Víctor Claudín, se presentó recientemente en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid.