Los toledanos y visitantes que estos días de Semana Santa se acercan por la plaza de Zocodover podrán ver que justo encima del Arco de la Sangre, en uno de los balcones del edificio que acoge la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha, se distingue la imagen de un cristo. La presencia de esta figura llama todavía más la atención cuando cae la noche y se ilumina con tenues reflejos.
Aunque muchos no lo sepan, esta imagen corresponde al Cristo de la Sangre, que se aloja en una de las capillas más desconocidas de todo el Casco Histórico. Este pequeño habitáculo que da cobijo al cristo que a su vez da nombre al arco que comunica Zocodover con la calle Cervantes, está cerrado al público, lo que no impide que durante estos días forme parte de la Semana Santa abriendo las ventanas de su balcón.
Precisamente, este Martes Santo la imagen del Cristo de la Sangre cobra especial protagonismo durante la procesión de la cofradía de la Santa Caridad, uno de los tres cortejos que procesionan de manera prácticamente simultánea junto al Cristo del Amor y al Cristo de los Ángeles.
La cofradía de la Santa Caridad, fundada en 1085 y considerada la más antigua de España, parte de la parroquia mozárabe Santas Justa y Rufina portando al Cristo de la Misericordia de los Pobres. Durante su estación de penitencia, la imagen se detiene para que se lleven a cabo responsos en los lugares donde antiguamente se ajusticiaban a personas de las que posteriormente se hacía cargo la cofradía para enterrar sus cadáveres.
El primero de estos responsos es justo debajo del Cristo de la Sangre. La procesión, acompañada por una cruz de guía y un tambor desafinado, continúa el recorrido hasta que entrada la madrugada regresa con el Cristo de la Misericordia de los Pobres a la misma parroquia de la que salió.