Hellín vive todo el año para su Semana Santa. Unos días de intenso fervor en los que vecinos y visitantes toman parte de una festividad, declarada de Interés Turístico Internacional, que trasciende lo religioso y se alarga entre el Viernes de Dolores y el Domingo de Resurrección.

En los oficios religiosos y procesiones que se celebran participan las 30 hermandades y cofradías, y 6 bandas de música que tiene la localidad. Pero si por algo es conocida la Semana Santa de Hellín es por su célebre tamborada. En ella, más de 20.000 personas (el municipio tiene 30.000 habitantes censados) redoblan sus tambores por las calles de la ciudad, ataviados con túnica negra y pañuelo rojo o negro al cuello desde el Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección.

Un esfuerzo físico que lleva a muchos hellineros a llegar exhaustos al lunes, día en el que el pueblo recupera la normalidad y por regla general, la gente regresa a sus puestos de trabajo. Sin embargo, este año no será así. El Ayuntamiento gobernado por Manuel Serena ha informado que propondrá en el próximo pleno que el Lunes de Pascua -21 de abril- sea fiesta local.

"Un día para reciclarse, limpiar, volver a colocar y retornar a la cotidianidad los escenarios que durante días ocuparon el milagro y la épica (...) para que Hellín deje de ser manchega Jerusalén y campo de artillería, para volver a ser ese lugar de La Mancha del que, gracias a nuestra fiesta grande, todo el mundo quiere acordarse", ha informado el Consistorio.

Un gesto que a buen seguro agradecen los hellineros y que de tener el visto bueno del pleno será la elección del festivo local junto al 24 de octubre, día de San Rafael. Esta decisión implica que el sábado 3 de mayo, día de la Cruz, aparezca en el calendario como jornada laborable.