El pasado 29 de noviembre Toledo iluminaba su Navidad. Más de un millón de luces led se encendían en un multitudinario acto coronado por la gran bola de diez metros de altura instalada en la plaza de Zocodover, el gran símbolo navideño de este año.

Se trataba de la primera vez en 15 años que la iluminación no corría a cargo de la empresa cordobesa Ximénez. En su lugar, 'debutaba' una compañía local, Prilux, quien pese a haberse ocupado de los alumbrados de ciudades como Santander, Gijón, Oviedo o Vitoria, nunca había trabajado en Toledo.

Como les hemos venido contando en este medio, Prilux tiene su sede en el polígono industrial de la capital y en su plantilla cuenta con más de doscientos trabajadores que se han ocupado de preparar las luminarias que estos días dan color a las calles toledanas y a sus monumentos más emblemáticos.

No obstante, ellos no han sido los únicos que se han ocupado de esta labor de ensamblaje. Según ha podido saber EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM, parte de este trabajo también ha sido desempeñado por internos del centro penitenciario de Aranjuez, situado a muy pocos kilómetros de la sede de la empresa y de Toledo capital.

Estos trabajos se engloban en acuerdos que empresas como Prilux establecen con la Dirección General de Instituciones Penitenciarias para favorecer la reinserción de los reclusos y posibilitarles una cualificación durante el tiempo que cumplen sus condenas.