Benjamín Prieto se retrata y el Emérito recibe a las señoras en Ciudad Real
Al presidente de la Diputación de Cuenca en las dos últimas Legislaturas, Benjamín Prieto, le están haciendo un retrato al óleo para la posteridad -que servidora desea bien lejana- que está previsto quede expuesto en las dependencias provinciales a partir del próximo mes de septiembre, junto a los de otros eminentes próceres conquenses. Se desconoce el precio pagado al pintor pero estos retratos, sin desmerecer el trabajo de los artistas, no suelen ser baratos y sin concurso público mediante. Hace ya unos ocho años, el expresidente de las Cortes y paisano de esta tierra, José Bono, pagó –la Institución, se entiende- 82.000 euros por el suyo, expuesto ahora en la Cámara Baja. Más barato resultó el del ciudadrealeño Manuel Marín, en este caso una fotografía del expresidente por valor de 25.000 euros realizada por una Premio Nacional, también paisana, e igualmente mostrado en las mismas dependencias de la Carrera de San Jerónimo. Por lo que se ve, en este país, para satisfacción del ego de nuestros políticos y esquilme de nuestros bolsillos, sigue la costumbre de colgar su imagen, habitualmente pintada, bien a la vista en dependencias institucionales, o también escondidos en algún desván ante la falta de espacio. Políticos que, en muchos casos, no necesitan imagen alguna para la posteridad ya en el ejercicio de su cargo quedaron suficientemente retratados y no precisamente en lienzo o papel couché.
El Emérito atisba en Castilla-La Mancha
Hasta hace pocos meses, cada vez que Corinna presentaba sus credenciales al Emérito Juan Carlos acudía hasta unas dependencias anexas al Palacio de la Zarzuela donde tenía lugar el despacho, una audiencia privada que le reportaba pingues beneficios a la dama y familiares de primer grado. La discreción de los encuentros fue rota por el comisario de la gorra, y el Emérito se ha visto obligado a cambiar de residencia. Ahora recibe en Castilla-La Mancha. El observatorio real se ha trasladado a nuestra Comunidad y don Juan Carlos atisba ahora desde una finca de Ciudad Real propiedad de unos amigos íntimos. Al Emérito le siguen hasta aquí las mujeres para presentar sus credenciales. Más, según me entero por El Digital CLM, el monarca se encuentra ahora absolutamente arrobado por una dama – "una mujer anónima que lleva muchos años en su vida de forma intermitente”, señalan los medios- y dispuesto a dejarlo todo... si tú me dices ven. Permanezcan atentos a la pantalla que esto da mucho juego. El Borbón no va a dejar de serlo mientras viva, aunque se derrumbe la Zarzuela.