Las 10 ideas clave de Adolfo Suárez Illana sobre la difícil situación política actual de España
Adolfo Suárez Illana, invitado la pasada semana a participar en Sevilla en un coloquio organizado por la Asociación de Directivos de Andalucía, Ceuta y Melilla (Adacem), realizó un intenso e interesante repaso de su visión de la situación política actual en España y las circunstancias que atraviesa nuestro país. Su intervención fue muy destacada y tuvo gran repercusión en Sevilla. El excandidato a la Presidencia de Castilla-La Mancha, hijo de Adolfo Suárez, planteó sus 10 grandes ideas sobre la política actual en España y así fueron recogidas por el diario ABC de Sevilla:
1. Vigencia de la Constitución
«La democracia española se construyó sobre valores de consenso, diálogo y transparencia, en un proceso de dos años y medio, que transcure entre julio de 1976, cuando mi padre es elegido presidente del Gobierno, hasta diciembre de 1978, cuando se aprueba la nueva Constitución. A partir de ahí quedaba mucho camino por recorrer, pero el país estaba dotado de los instrumentos necesarios para canalizar su desarrollo democrático. En aquella etapa todo ocurría a una velocidad espectacular, había una gran presión y desgaste, hubo numerosas desgracias y atentados... Pero el país y su clase política, con pocas excepciones, se sumó en un proceso de cierta generosidad, para construir, como decía mi padre, un edificio en el que todo el mundo tuviera su habitación y se sintiera cómodo. A partir de 1979 se cierra una etapa y se inicia la lucha por el poder, y es ahí donde nos hemos ido dejando muchas plumas. Cuando cargamos sobre la Constitución la culpa de todos los males que sufrimos actualmente, estamos echando balones fuera».
2. El pecado de PP y PSOE
«Parte de la responsabilidad de la situación actual de España es del PP y PSOE, porque durante estos cuarenta años, en vez de considerarse mutuamente como formaciones complementarias en la construcción del país, se han visto el uno al otro como un enemigo. Es una pena, porque la España actual no la ha construido ni mi padre, ni el Rey, ni mi padre con el Rey, sino la sociedad española, que ha canalizado sus afanes a través de estos dos grandes partidos. Pero han sido incapaces de reconocerse como compañeros de viaje».
«Cuando estas fuerzas políticas han buscado apoyos para gobernar, en vez de apoyarse en el complementario, han ido a comprar con dinero y favores a los nacionalistas para gobernar cuatro años fácilmente. Si el PSOE gana unas elecciones, lo honesto sería reconocer que tiene un contrato con la sociedad, un plan, y hay que respetar que intente cumplirlo y, por supuesto, todo aquello que afecte a las estructuras básicas del Estado ha de ser consensuado. Eso es grandeza política, pero también tiene mucho de pragmatismo. Si va a ejecutar su programa en cualquier caso, ¿por qué vamos a empujarlo a que lo haga con el apoyo de un tercero al que le va a pagará con el dinero de todos? Esto es lo que lamentablemente nos ha ocurrido».
«Nos hemos pasado en el PP tres años diciendo que la lista más votada tenía que gobernar, y cuando resulta que la lista más votada en Andalucía fue la del PSOE de Susana Díaz, cambiamos de criterio… aquello fue un error grave. La política necesita de grandeza y allá donde no hay grandeza debe imponerse al menos la sensatez, que es síntoma de pragmatismo.
3. El honor de ser del PP
La llamada Nueva Política, por desgracia, está degenerando en lo más viejo de la política en muy poco tiempo. Yo he sido parte de grandes partidos, como UCD; y también de nuevos y pequeños partidos, como CDS, donde nos dieron más palos que al borrico de un arriero. Volví a vivir lo que es un gran partido cuando entré en el PP, que ahora parece una especie de bestia negra».
«Hoy ser del PP parece que es una vergüenza. Pues bien: yo reivindico el orgullo de pertenecer al PP. No estoy en la Junta directiva, no ocupo ningún puesto, pero lo considero un honor. El PP es una institución tremendamente necesaria para este país, que ha canalizado muchos esfuerzos en favor de España, y es una estupidez que los propios votantes del PP queramos liquidar el partido porque estemos en desacuerdo con determinados dirigentes. Yo daré la pelea para que en la cúpula del PP estén quienes más se acercan a mis valores, pero no me voy a cargar el partido. ¿Acaso Cs defiende mejor los valores del PP? Yo soy un fiel defensor del derecho a la vida y ha sido el PP el que ha eliminado de la legislación que las niñas de 16 años puedan abortar sin el consentimiento de sus padres. Quienes presumen de los valores de Cs, han de saber que el pasado noviembre permitió, junto al voto de la izquierda, una moción para que se permita de nuevo que las menores puedan abortar sin el permiso de sus padres».
4. La impopularidad de Rajoy
«En 2004, en el Congreso de Valencia, fui de los que me opuse a la reelección de Rajoy porque consideré que no era el candidato más idóneo. Es un gran parlamentario, pero sólo cuando quiere. Es un tipo brillante en el trato personal, aunque le cuesta más con una cámara de TV delante; y sobre todo, es el presidente que tuvo que hacer los recortes, y eso es impopular… La realidad es que Rajoy tomó las riendas de un Gobierno en bancarrota y salió de la situación sin empresas públicas para vender como ocurrió en 1996, a base de apretarnos el cinturón, de sufrir, de no gastar, y ha enderezado las cuentas, se ha conseguido algo que parecía imposible. El coste ha sido alto y le ha llevado a un gran desgaste. Además, ha tenido la desgracia de que un número de personajes del partido han sido unos corruptos y se lo han llevado crudo. Pero los corruptos del PP están en la cárcel, en procesos de instrucción o siendo ya juzgados, y no han sido encubiertos por nadie».
5. Rajoy y el 155
«¿Qué critican todos de la actuación del PP en Cataluña? Qué se ha aplicado tarde el 155; que cuando se ha aplicado no se ha tocado a TV3; y que se convocaron muy pronto las elecciones autonómicas. El 155 se aplica porque así lo decide el PP, en contra de la opinión inicial de Cs y del PSOE de Pedro Sánchez, que antes del 1-O se negaron públicamente a aplicarlo. Cuando el 3 de Octubre Su Majestad el Rey sale en televisión y recoge de forma magistral el sentir generalizado de los españoles, esto llama la atención a la política, y es entonces cuando Cs decide sumarse. Una vez que se aplica, si no se toca TV3 es porque el PSOE de Pedro Sánchez así lo exige. ¿Y por qué se convocan elecciones tan inmediatamente? Porque CS lo propone, pues sabe que esas elecciones las va a ganar. Para un Gobierno en minoría, era necesario el respaldo de las principales fuerzas políticas en el 155. Es evidente que una situación de rebelión no se arregla en dos días.
6. Una hoja de ruta para el futuro
«¿Cómo se arregla esto? En realidad es sencillo: con respeto a las personas. Si yo fuera presidente del Gobierno y quisiera formar un Ejecutivo con personalidades de prestigio, no podría fichar a nadie. Y no se explica porque los elegidos tengan que dejar de lado sus empresas o aparcar sus carreras profesionales, ya que la mayoría renunciaría a todo para prestar un servicio a España, pues eso lo he visto en los Gobierno que formó mi padre. Nadie entraría en mi Gobierno porque no estaría dispuesto a que su honor se mancille y se pisotee, a base de permitir la falta de respeto al contrario que impera en la vida política, la descalificación personal como arma habitual. Quien insulte a un adversario debería ser expulsado del partido. Si no reconstruimos el respeto a las personas, será imposible que esas personas puedan alcanzar un acuerdo serio después».
7. Solución al problema catalán
«Hay que ser capaces de reconstruir puentes entre PP, PSOE y Cs para que asuntos fundamentales como la educación no sirvan para dividir a los españoles. No hace falta ni cambiar la ley electoral ni rescatar competencias; la ley permite muchas cosas, como el control que impone la Alta Inspección en Educación, que no se utiliza porque así se acordó con los nacionalistas. Con un bloque constitucional fuerte, habrá una solución para Cataluña. Ahora bien, yo soy muy respetuoso con el PSOE de Javier Fernández y de Felipe González, pero dudo de una persona como Pedro Sánchez, que no sabe definir qué significa una nación, ni explicar qué es un país federal, y que dice una cosa en Cataluña, otra en Galicia y una distinta en Andalucía».
8. Retoque a la ley electoral y cambio del Senado
«Todos los sistemas electorales, si son democráticos, son válidos, y tienen ventajas e inconvenientes. El sistema a doble vuelta es para estados presidencialistas, no para un sistema parlamentario como el nuestro. La Ley Electoral actual nos permite cambiar cosas haciendo una pequeña reforma. En las comunidades autónomas, por ejemplo, no puede acceder al parlamento el partido que no tenga un 5% de los sufragios. Si esto se aplica al Parlamento español, los partidos nacionalistas no estarían en la cámara en la que se deciden los asuntos que son de interés para todo el país. Esta medida tendría que acompañarse de una reforma muy ambiciosa en el Senado, que sería así una cámara de representación territorial en la que se puede escuchar a las minorías, como ocure en todas las democracias avanzadas».
9. La clase política, reflejo de la sociedad
«Nuestra clase política es un reflejo de la sociedad, tanto en lo bueno como en lo malo. En una sociedad excelente, la clase política es excelente; en una sociedad corrupta, la clase política es corrupta. No es justo trasladar a la clase política toda la responsabilidad de lo que ocurre en España, porque están ahí elegidos por nosotros, representando nuestras ideas, gracias a que hemos ejercido el derecho de voto, que es nuestra responsabilidad».
10. España, un gran país
«Cuando valoramos lo que ha hecho España, con frecuencia, tenemos una tendencia a criticarnos, lo cual es bueno si es una palanca para mejorar, pero es negativo si el objetivo es tan solo minusvalorarnos o criticar a nuestros rivales políticos. La Constitución ha unido la izquierda, al centro y la derecha durante cuarenta años de paz y prosperidad compartida. Es cierto que hay capas de la población que viven en situaciones precarias y debemos ayudarlas, pero son minoritarias; estamos en uno de los mejores países del mundo, y si alguien no se lo cree, que viaje y compare nuestras carreteras con las de Suecia y nuestra Sanidad con la de EEUU, Francia o Italia».