El alcalde deSanta Cruz de los Cáñamos (Ciudad Real), el socialista Isidro Sánchez, ha censurado a una periodista de la localidad, Laura Higueras, a la que previamente el Ayuntamiento había solicitado la escritura de un texto para incluir en el programa de las fiestas patronales de San Bartolo. Así, al menos, lo ha denunciado la propia afectada a través de su perfil en la red social Facebook, donde relata con todo detalle lo sucedido.
"Hace unos días, parte del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz de los Cáñamos se ponía en contacto conmigo para proponerme que escribiera un texto para incluir en el libro de las fiestas patronales: unas palabras que reflejaran mis sentimientos o mis recuerdos. Accedí encantada y en el mismo momento me puse con ello, me hacía muchísima ilusión. Una vez pergeñado el escrito lo envié a la persona correspondiente con más ilusión si cabe. Mi sorpresa llegó cuando me comunica que el señor alcalde no está de acuerdo con dicho texto porque (y cito textualmente): no quiere publicar nada en lo que aparezcan nombres de personas concretas porque dice que puede sentar mal y que por cuestiones de espacio hay que reducir un poco. Por otro lado, el señor alcalde indicaba también que el texto le ha emocionado y encantado", cuenta la periodista, que pese a todo quiso buscar una solución ante las protestas del regidor.
"Propongo reducir el texto, lo hago, lo envío y hablo con el señor alcalde para decirle que yo me hago responsable de mis palabras y si es necesario le firmo un documento que lo acredite (por el tema de nombrar a personas concretas). La respuesta recibida no me puede dejar más fuera de juego: «A mí no tienes que firmarme nada, si necesitas algo estoy en el ayuntamiento todos los lunes, pero quien publica el libro de San Bartolo soy yo, que para eso soy el alcalde». No voy a entrar a valorar estas palabras puesto que se califican por sí mismas. Como mínimo pudieran trasladarnos a los oscuros tiempos de la censura alumbrada por la ley de prensa del 38", denunciaLaura Higueras.
La periodista, pese a que su texto finalmente no aparecerá en el folleto de las fiestas de Santa Cruz de los Cáñamos debido a la sorprendente decisión del alcalde, ha decidido compartir en las redes sociales el escrito que ha redactado "con tanto mimo, cariño y buenas intenciones". "Y lo hago público porque, primero, me siento orgullosa de él y segundo, para saber si de verdad la gente opina que puede ser un texto tan ofensivo (...)Lo que no pienso consentir ni en este caso ni nunca es cualquier intento de censura que atente contra la libertad de opinión y expresión reconocida como derecho humano en virtud del artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos", finaliza.
Para que juzguen ustedes mismos sobre este caso, transcribimos a continuación el bello escrito deLaura Higueras sobre su pequeño pueblo:
Gran parte de los que hoy leéis estas líneas escapáis de vuestro lugar de residencia habitual para volver a vuestros orígenes. Os reencontráis con sonrisas amigas, abrazos que huelen a albahaca, y suenan a Amapola, nos reencontramos con lo que fuimos y lo que somos.
Desde la curva del cementerio se vislumbra el campanario de la Iglesia donde me bautizaron como nieta e hija de y dónde me despedí para siempre de mi abuela y del que fue los ojos y las manos de mi padre en sus peores momentos. Corazón enorme de pelo cano y mirada transparente. Seguro que lo habéis visto en algún banco del pueblo con la camisa abierta o tras algún pajarillo. Ramiro, te echamos de menos.
Cuando yo era niña el pueblo no tenía piscina, wifi, ni botellón y en invierno enviaba cartas a mi prima Sandra porque creíamos en la magia que tiene esperar que llegue la respuesta. Los niños íbamos a Las Ruedas a bailar La Bomba en la pista, bajábamos a La Vega, comíamos helados en aquel kiosko que montó Aquilino en la carretera, contábamos historias de miedo en el camino del cementerio, nos montábamos en la lavadora para las fiestas, quedábamos para ver las estrellas en La Cuesta, celebrábamos San Marcos en las huertas o simplemente nos poníamos como una sopa en la fuente.
En el pueblo cenabas los bocadillos de tu abuela, en la puerta, con Toño, en la silla de enea o merendabas pan con aceite y azúcar. Te bebiste tu primer cubata, fumaste el primer cigarro con tu prima la de Murcia a escondidas, te enamoraste, te partieron el corazón, te besaron por primera vez, jugaste una y otra vez al fútbol contra “las grandes” sin victoria alguna, ibas a por tortas al horno de madrugada y bailaste al amanecer al ritmo de Los Pizarrines.
El poli que hoy conocemos era una pista cercada con alambrada en la que Isaac el del Melenas siempre ponía orden entre el público al grito de: “Saliros a lo verde”.
Siempre tuvimos el Pub Primos en el que echar unas gordas antes de irnos a la verbena de cualquier pueblo de los alrededores, porque eso también es turismo.
Lo único que perdura intacto es el saludo de los viejos vecinos que me nombran en diminutivo o como “la hija del maestro y la Chon de Palmas”, haciendo que me crezca el pelo hasta la cintura.
Gracias a Santa Cruz hoy soy quien soy. Porque ¿cómo no voy a estar agradecida a este rinconcito del Campo de Montiel? Si aquí llegó el maestro con la cartera cargada de ilusión y bajo las lágrimas de San Lorenzo bailó pasodobles con la joven que venía de “Palmas” a veranear.
Siempre se estremecerá el corazón de los toperos cuando San Bartolo se asoma el 24 de agosto. Siempre una lágrima cargada de recuerdos caerá, siempre volveremos a donde fuimos, a donde somos.
Queridos santacruceños, no sabéis qué honor es escribir estas líneas para mi amado pueblo. Ni siquiera es comparable a hacerlo en el periódico de mayor tirada. Gracias al Excmo. Ayuntamiento por darme este regalo, yo solo espero que estas líneas os hayan hecho recordar olores, sabores, vivencias… pero sobre todo que os hayan hecho sonreír.
Solo me queda decir bien alto y al cielo: ¡Viva San Bartolo!