A los problemas a los que a diario se enfrentan los vecinos del Casco histórico de Toledo ha habido que sumar uno más desde el pasado mes de mayo: el cierre del mercado de abastos que ha sido sometido a una rehabilitación integral. El cese temporal de la actividad de los cinco puestos de alimentación existentes y de la mediana superficie que operaba en su interior han complicado durante algo más de un medio año una actividad tan cotidiana como la cesta de la compra.
Pero si se cumplen las previsiones ya hay un día marcado en rojo para la reapertura de esta instalación municipal. Será el próximo 4 de diciembre. Para poder llegar a esta fecha, víspera de un puente donde se realizan buena parte de las compras navideñas, los trabajos se han acelerado. Ese día el nuevo supermercado de La Despensa y los renovados puestos del mercado de abastos tienen previsto volver a la actividad. Disagro Distribuciones Ribereñas, que desde el año 2014 ha sido titular de esta concesión administrativa municipal, cedió, con el visto bueno del Ayuntamiento al Grupo Eco Mora -empresa familiar toledana del sector de la distribución minorista y propietaria de la enseña La Despensa-, el contrato de explotación del negocio locomotora del mercado de abastos.
Desde el pasado mes de mayo no todo han sido obras. El Ayuntamiento de Toledo también ha aprovechado el tiempo para regularizar la situación de los cinco concesionarios de los puestos que estaban en precario desde 2017 fecha en la que expiró el contrato. Así, el pasado mes de octubre, la Junta de Gobierno Local aprobó el nuevo régimen de cesión de los puestos dotando de seguridad jurídica las concesiones.
Un presupuesto de 1,22 millones
Las obras de reforma integral del mercado de abastos, adjudicadas a Imesapi por 1,22 millones de euros, han consistido en la mejora del aislamiento térmico tanto de la fachada como de la cubierta, que carecía de impermeabilización. Además, se ha procedido a renovar tanto la carpintería exterior como los lucernarios existentes en este edificio de planta trapezoidal que cuenta con una planta baja y un semisótano.
Asimismo, se ha cambiado el sistema de climatización. Para ello se han instalado equipos de mayor rendimiento y eficiencia energética que permiten una correcta renovación del aire de interior del edificio. También se ha modernizado toda la iluminación tanto de la zona de supermercado como de las zonas comunes y de las de servicio. Por último, se han renovado todos los solados, reformado los aseos y los vestuarios, sustituido la instalación eléctrica y mejorado la accesibilidad de este edificio declarado Bien de Interés Cultural en 1998.
Emplazado en el lugar donde desde el siglo XVI se vendían los productos frescos de la ciudad, fue en el siglo XIX cuando se levantó́ el primer edificio descrito con una portada decorada con un escudo de la ciudad y una distribución de galerías cubiertas sostenidas por arcos y columnas de piedra en torno a un patio central, del que no quedan testimonios gráficos. La última reforma databa de 1985.