Las Cámaras de Comercio de la región se pelean
El presidente del Consejo de Cámaras de Comercio de Castilla-La Mancha, Félix Aceñero, ha mostrado su perplejidad y discrepancia con las manifestaciones vertidas a los medios de comunicación por la Cámara de Toledo a raíz de la celebración del último Consejo regional, que, a su juicio, discurrió “con total normalidad” el pasado 11 de mayo en Ciudad Real y en el que se debatieron algunos flecos pendientes del borrador de alegaciones de este Consejo a la futura Ley Regional de Cámaras, como continuación y en línea de las propuestas realizadas en su día. Asimismo, a través de un comunicado enviado a la prensa, destaca que "la normalidad fue la tónica predominante de una reunión que concluyó con una comida de hermandad de todos sus miembros".
El presidente del Consejo Regional de Cámaras ha reiterado que su objetivo principal ante el nuevo texto legal, "en la línea de lo que han venido legislando otras comunidades autónomas, es que las Cámaras sigan siendo una herramienta útil al servicio del tejido empresarial y del desarrollo económico y social de Castilla-La Mancha". Además, asegura que su intención "es alcanzar consenso para el desarrollo de una ley de suma importancia para las empresas castellano-manchegas", por lo que apela a la unidad y, por ello, "espera que el debate se desarrolle en los órganos adecuados".
Advertencia de Toledo
Esta lucha interna, que viene de lejos, se ha hecho pública ahora a raíz de que la Camara de Toledo haya puesto en duda su vuelta al consejo tras comprobar "el desprecio del presidente de la Camara de Ciudad Real, Mariano León, consentido por el presidente, a la comisión técnica de las cámaras y a la Camara de Comercio de Toledo".
La postura de los presidentes de la Cámara de Cuenca y de Ciudad Real reabre una crisis larvada en torno a la Ley regional de Cámaras, actualmente en periodo de alegaciones, que está ultimando el gobierno de García-Page. Estas dos cámaras están en línea con la actuación del Ejecutivo y de la consejera de Economía, Empleo y Empresas, Patricia Franco, cuyo trabajo antes de ser nombrada para este puesto era el de secretaria general de la Cámara de Ciudad Real. La Cámara de Toledo en cambio, sobre la que ejerce un mayor control la Federación de Empresarios (Fedeto), es más crítica con el texto que pretenden aprobar desde la Junta de Comunidades, sobre todo con algunas cuestiones que han denunciado públicamente en una nota de prensa hecha pública este viernes.
Según explican en dicha nota, la crisis se reveló hace algunos meses cuando el presidente del Consejo, ante la falta de acuerdo en relación a un posible texto de alegaciones a dicha Ley, manifestó a los miembros de este órgano cameral su intención de presentar él, a título personal, sus propias alegaciones: "La sorpresa fue que dicho documento, finalmente, fue presentado con su firma como presidente del consejo y en papel con membrete del mismo. Dicho documento ha servido de base para el actual borrador de ley de Cámaras regional. Este hecho, pese a su gravedad, y en aras de evitar una crisis institucional se dejó pasar por la Cámara de Toledo, según ha explicado la propia entidad, quien no obstante lo puso en conocimiento de la Junta".
En la mañana del jueves fue el presidente del Consejo y el de la Cámara de Ciudad Real, quiénes materializaron dos acciones que reabren la crisis:
1.- Ante el documento presentado por la comisión técnica de las Cámaras de la región, formada por los Secretarios Generales de todas ellas, relativo a alegaciones técnicas que habrían de formularse en relación al borrador de decreto de extinción y liquidación de las Cámaras de Comercio, que podría ser aplicable en estos momentos a algunas de las Cámaras de la región, se opusieron a que fuera analizado, so pretexto de que no le parecía necesario debatirlo ni alegar nada. Este documento tiene su importancia porque recoge alegaciones técnicas a una norma que puede tener implicaciones patrimoniales.
2.- Ante otro documento presentado por la misma comisión técnica, en este caso frente al borrador de la nueva ley de Cámaras regional, se opusieron a tener en cuenta algunas de las alegaciones técnicas en él contenidas, considerando que los “técnicos” (los secretarios generales, que tienen la misión legal de velar por la legalidad de los acuerdos de los órganos de gobierno de las cámaras) no eran quiénes para elevar un texto de estas características al Consejo. Sin embargo, el propio presidente de la Cámara de Ciudad Real sí presentó al Consejo un documento de alegaciones a la ley de Cámaras regional, al parecer, elaborado por esta Cámara. Dicho documento no fue remitido a las Cámaras con anterioridad a la reunión, si bien, pretendió que fuera la base de las alegaciones del Consejo. Algo que no fue aceptado por Toledo y que contó con el apoyo de Cuenca y con la abstención de Albacete y Guadalajara.
Preguntas en el aire
Ante esta situación la Cámara de Comercio de Toledo se pregunta qué tipo de interés tiene la Cámara de Ciudad Real y el Presidente del Consejo para no querer debatir el decreto de extinción y liquidación de las Cámaras. Y asimismo se pregunta el motivo de por qué se desprecia el trabajo de la Comisión Técnica de Secretarios Generales ante dos borradores de normas tan importantes. Cuando a su juicio son precisamente los Secretarios Generales los técnicos más cualificados para analizar textos legales y para formular propuestas, sin perjuicio de que lógicamente el Consejo tome constancia de dichas opiniones técnicas y, finalmente, decida lo que estime más oportuno, dentro del margen de competencias que tiene.
Según la cámara toledana, en relación al borrador de la Ley de Cámaras, "se evidencia una clara tendencia a dotar al Consejo Regional de funciones propias de las Cámaras provinciales, únicas cuya obligatoriedad dispone la Ley Básica Nacional, llegando incluso a solaparlas, cuando, según el propio borrador, ni es una Cámara más ni tiene las mismas obligaciones legales de control por parte de la JCCM. Tal vez sea este uno de los motivos para la actitud adoptada por ambos miembros del Consejo".
La Cámara de Toledo entiende que está siendo colocada en un permanente estado de indefensión en el Consejo y que las actitudes que se derivan de la actuación del presidente de la Cámara de Ciudad Real y del Presidente del Consejo ni son adecuadas en relación a los cuerpos técnicos de las Cámaras ni revelan intención alguna de consensuar un texto de la ley que debe ser abierto y tendente al diálogo, algo que Castilla-La Mancha precisa en estos momentos, al menos, en el plano institucional, por el bien de los empresarios y por la recuperación económica de la región que lidera el gobierno regional.
No aceptan ni las consecuencias ni el procedimiento
La Cámara de Toledo, que representa los intereses generales del tejido empresarial de la región, no acepta las consecuencias ni el procedimiento llevado a cabo en la mañana del jueves por el Consejo ni sus actitudes pasadas.
Por los motivos apuntados, la Cámara de Comercio de Toledo analizará en el seno de sus órganos de gobierno la posibilidad de no volver a comparecer en el Consejo Regional de Cámaras si se insiste en seguir adelante con esta actitud y con los planteamientos relativos a los borradores de leyes mencionados. Posiblemente la Cámara de Toledo solicitará amparo al órgano que lo tutela, la Dirección General de Empresas, Competitividad e Internacionalización o incluso a la propia Consejera de Economía de la JCCM.
Cabe recordar que, de las cinco Cámaras de la Región, Albacete y Guadalajara, por sus especiales situaciones económicas, están siendo gobernadas por una comisión técnica o por la propia JCCM, por lo que son las otras tres Cámaras las que permanecen con un estatus de normalidad. El frente común permanente bloqueo a la Cámara de Toledo por parte de las Cámaras de Cuenca y Ciudad Real hace imposible que prospere cualquier iniciativa de la Cámara de la capital de la región. Ésta espera que la actitud cambie y que el presidente de Ciudad Real se disculpe por calificar de innecesario el trabajo de la comisión técnica y por afirmar que la Cámara de Toledo “no es una Cámara”, por el mero hecho de tener criterios discrepantes a los suyos.