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Región LA SEQUÍA PROVOCA ESTRAGOS EN LA REGIÓN

Castilla-La Mancha suma tres años de sequía y sólo tiene embalsada una quinta parte del agua

1 enero, 2018 00:00

Castilla-La Mancha lleva tres años de sequía acumulada y solamente este último verano ha sufrido cinco olas de calor, lo que unido a un otoño muy cálido y muy seco ha dado como resultado que el agua embalsada apenas llegue a una quinta parte de la capacidad total que tiene la comunidad autónoma.

Así lo ha asegurado en una entrevista con la Agencia Efe la delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla-La Mancha, Paloma Castro, quien ha indicado que "estamos batiendo récords de temperatura" y "nos falta agua por todas partes".

De hecho, ya desde el mes de mayo los embalses de cabecera se encuentran por debajo del umbral mínimo no trasvasable según la Ley de Evaluación Ambiental, fijado para este año en 368 hectómetros cúbicos.

Esto llevó a que en junio el Ministerio acordara paralizar los trasvases del Tajo al Segura hasta que mejore la situación hidrológica y los umbrales de los pantanos.

Un verano sin tregua

Pero el verano no dio tregua y durante los meses estivales la península sufrió cinco olas de calor, lo que motivó que en Castilla-La Mancha se alcanzaran temperaturas hasta cuatro grados más de lo normal para el mes de julio.

A pesar de que hubo algunas precipitaciones, no sirvieron para paliar el descenso de los embalses, ya que las elevadas temperaturas hicieron que el agua se fuera, por evaporación y escorrentía.

A esto siguió un otoño muy cálido y uno de los más secos desde 1965 que se salvó, en parte, gracias al paso de las borrascas 'Ana' y 'Bruno' este mes de diciembre.

La llegada de ambas supuso que tras varias semanas de descenso de agua almacenada se produjera un repunte, de manera que en la última semana del año los embalses a nivel nacional se situaban al 38,15 por ciento de su capacidad, con una acumulación total de 21.391 hectómetros cúbicos.

Agua embalsada en Castilla-La Mancha

En Castilla-La Mancha, el agua embalsada es de 1.047 hectómetros cúbicos, apenas una quinta parte de la capacidad total que tiene la comunidad autónoma, que es de 5.753 hectómetros.

En opinión de Paloma Castro, si se analiza la situación embalse por embalse el panorama es "bastante triste", aunque solo tres son los que siguen descendiendo: Alarcón, Alcorlo y Azután. Todos los demás han parado y algunos han repuntado.

En la cabecera del Tajo, el embalse de Buendía acaba el año con 156,74 hectómetros cúbicos de agua embalsada, el 9,56 por ciento de su capacidad total (1.639 hectómetros), mientras que Entrepeñas almacena 76,51 hectómetros, el 9,16 por ciento de su total de 835 hectómetros cúbicos.

La delegada de la Aemet en Castilla-La Mancha ha explicado que 2017 va a terminar en el conjunto del país con una cantidad acumulada de precipitaciones de entre 495 y 500 milímetros, inferior al valor medio del periodo de referencia (1981-2010) que es de 648 milímetros.

Periodos de sequía fuerte

Desde 1981 hasta 2016 España ha pasado por doce periodos de sequía fuerte y en la actualidad tiene un déficit de lluvias de en torno al 40 por ciento.

Castro ha señalado que lo normal es que en otoño y primavera haya vientos del oeste que conduzcan borrascas y sus frentes asociados hacia la península dando lugar a precipitaciones, especialmente en la vertiente atlántica.

Sin embargo, este año no se ha producido en otoño sino en invierno, de modo que, según la delegada de la Aemet, "no hemos tenido un comportamiento típico de nuestras latitudes, sino de latitudes subtropicales".

Castilla-La Mancha ha tenido un otoño muy cálido, con una subida de un grado con respecto a la media del periodo de referencia (1981-2010).

Sin contabilizar el último mes de este año que termina, la comunidad autónoma ha tenido una temperatura media de 16,7 grados, muy próxima a la media de todo el país que en el mismo periodo ha sido de casi 17 grados: los once meses más cálidos desde 1965.