El presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha reivindicado la "impronta" que a su juicio está dejando en la forma de trabajar del partido tras sus primeros cinco meses de mandato, incidiendo en marcar distancias con algunas de las decisiones de su antecesora en el cargo, María Dolores de Cospedal, que si bien él no tomaría en estos momentos las ha querido circunscribir a la "situación de bancarrota" que se encontró al llegar al Gobierno autonómico.
En una entrevista con Europa Press, Núñez ha apuntado que no es una persona "ajena a la trayectoria política" de Cospedal, y aunque ha afirmado que no va a desvincularse del pasado del PP, ha defendido que "los tiempos cambian, las circunstancias cambian y cada uno tiene su forma de ver la política".
"Tengo mucho de otras épocas, pero también otras cosas frescas, nuevas, producto de las circunstancias", ha aseverado, reconociendo en todo caso como "errores" actuaciones acometidas "sin consenso" por Cospedal como cambiar la ley electoral o quitar el sueldo a los diputados. "No consensuar -esas decisiones- es un error, porque son decisiones que tienen que ser duraderas en el tiempo", ha considerado.
Sí ha dejado claro lo "complicado" del momento político que tuvo que gestionar Cospedal, un tiempo "económicamente delicado y al borde de la quiebra", con circunstancias "para pocas alegrías". En ese contexto, "hubo que tomar decisiones complicadas, duras y difíciles de explicar", las cuáles Núñez no tomaría en las circunstancias actuales, toda vez que el presupuesto regional cuenta ahora "con mil millones de euros más" y el panorama de 2019 "invita a hacer las cosas de otra manera".
Otra visión política
"Tengo la edad que tengo, provengo de esta generación y tengo otra visión política. Hubo que tomar decisiones duras pero necesarias que yo hoy no tomaría. Pero no me siento preso de las decisiones del pasado", ha afirmado. Núñez ha vuelto a insistir en que será la Junta Directiva del Partido Popular quien tenga que decidir sobre la propuesta que él mismo enunció cuando fue elegido presidente del partido sobre nombrar a Cospedal presidenta de Honor de la formación.
Según ha dicho, él no tiene "ningún problema" al hablar de Cospedal, mientras que por el contrario "el PSOE vive impregnado de su marca". "No sé qué obsesión tienen con ella, pero la tienen, porque no la dejan de nombrar". Sí ha dicho que será "respetuoso" con la decisión que tome la Junta Directiva con respecto a esta mención honorífica. Aunque ha dicho que esa reunión "debería celebrarse antes de las elecciones" atendiendo a los plazos establecidos, ha reconocido que la convocatoria electoral hace que "todo quede en suspenso".
No sin consenso
Sobre las afirmaciones del líder de su partido, Pablo Casado, sugiriendo que habría que volver a la ley del Aborto vigente en 1985 como receta contra la despoblación, ha asegurado que nunca habría que afrontar un cambio legislativo de un tema "tan sensible" si no se hace con el consenso suficiente.
Ese consenso, ha dicho, sería la garantía de que, en caso de tener que reformar el texto legislativo, resultara una norma más sólida y que "no tenga que cambiar cada cuatro años". En su opinión, pese a que Casado hablara al respecto, no es un tema que ahora "esté en la agenda nacional".