La investigadora de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Lucía Soria participa en un trabajo de investigación en el que se ha descubierto la presencia de ámbar y estaño en mangos de marfil de hace 2.400 años. El uso de estos materiales valiosos en un objeto es la primera vez que se detecta en el Mediterráneo occidental. La investigación es un trabajo conjunto entre las universidades de Castilla-La Mancha y Valencia.
El trabajo científico, que ha publicado la prestigiosa revista Archaeological and Anthropological Sciences, ha sido realizado conjuntamente por Consuelo Mata, Marta Blasco y Eva Collado, del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia; Lucía Soria, del Departamento de Historia y Área de Prehistoria de la Universidad de Castilla-La Mancha; el coordinador de la unidad de investigación multidisciplinaria ArchaeChemis, Gianni Gallello y el investigador del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Valencia, Agustín Pastor.
Para el desarrollo de la investigación se ha llevado a cabo un análisis con fluorescencia de rayos X de cinco mangos de cuchillo de marfil ibéricos procedentes de dos yacimientos murcianos, uno valenciano y otro catalán, que ha puesto de manifiesto que en su decoración también se usaban materiales de valor como el estaño y el ámbar.
La profesora Consuelo Mata, del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia y directora de la investigación, destaca el elevado nivel técnico de la artesanía en cuanto al diseño de las decoraciones de los mangos, ha informado la UCLM en un comunicado.
La fluorescencia de rayos X es una técnica no destructiva que consiste en proyectar estos rayos sobre el material que se quiere analizar. Con los infrarrojos se detectó la presencia de ámbar y con RX se detectó el estaño. En este caso, los dispositivos han sido portátiles (PXRF), lo que ha permitido no mover o desplazar las muestras. Según indica Mata, "hasta el momento, en el mundo íbero y en general en el área del Mediterráneo occidental se desconocía el uso de tres materiales con tanto valor en un único objeto". Los mangos estaban decorados con ámbar adherido con estaño que, en palabras de la experta, actuaría como una especie de pegamento fuerte.
Respecto al ámbar, la profesora de la Facultad de Humanidades de Albacete Lucía Soria apunta que no se ha podido matizar su procedencia exacta, pero que se tiene constancia de la existencia de yacimientos de este material localizados en diferentes puntos europeos y de la península.
El estaño, por su parte, es una materia prima habitual en el ámbito del pueblo íbero, y el marfil, "se trata de una materia prima exótica que proviene de fuera de la Península", indica Soria, a la vez que añade que "en cualquier caso, debemos destacar la presencia conjunta de estas tres materias primas en una misma pieza que, según podemos afirmar, no estaría al alcance de cualquiera".
La profesora de la UCLM enfatiza la importancia de este descubrimiento en relación a los estudios de la cultura material ibérica, ya que evidencia su papel en el intercambio de materiales de valor, el nivel de desarrollo de la artesanía, su poder adquisitivo y, por supuesto, el gusto artístico de las élites íberas.
El trabajo se enmarca dentro de un proyecto de investigación, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y por la Generalitat Valenciana, pionero en la exploración de objetos de la cultura material del pueblo íbero, formados por materias duras de origen animal como huesos, astas, conchas y marfil.
A raíz de este descubrimiento, tal y como indican, surgen una serie de interrogantes que hay que resolver, como conocer el modo de circulación de las materias primas y su procedencia, averiguar si las piezas fueron importaciones mediterráneas o si, por el contrario, los artesanos íberos fabricaron las obras de artesanía.