Una investigación desarrollada por científicos de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), en colaboración con la Universidad de Princeton y el Laboratorio de Dinámica Fluidos Geofísicos (NOAA) de Estados Unidos, prevé que, hacia finales de este siglo y principalmente en otoño, en el Mediterráno habrá huracanes más duraderos, con vientos más intensos y lluvias más fuertes, lo que supone "un serio riesgo para las zonas altamente habitadas de las costas".

"Los medicanes o huracanes mediterráneos surgen a partir de las típicas borrascas, que cuando llegan o se forman en el Mediterráneo se vuelven peculiares y empiezan a adquirir ciertas características tropicales, es decir, empiezan a parecerse a los ciclones tropicales, e incluso algunos de ellos, en su etapa de madurez, a huracanes, aunque con una menor intensidad, duración y tamaño", ha explicado el físico de la Tierra Juan Jesús González Alemán, según ha informado en nota de prensa la universidad.

"Normalmente alcanzan vientos de categoría de tormenta tropical y muy rara vez de categoría uno de huracán. También suelen estar asociados a precipitaciones muy intensas y mala mar", ha añadido.

Según estos investigadores, estos fenómenos suelen dejar un alto impacto en la sociedad en forma de pérdidas humanas y, sobre todo, daños materiales.

A modo de ejemplo, han indicado que el medicane Numa (noviembre de 2017), dejó pérdidas económicas estimadas en torno a los cien millones de dólares. "Entender cómo el calentamiento global podría afectarles es importante", ha indicado el investigador.

"Pero sigue siendo un reto, puesto que las simulaciones numéricas para estudiar esta relación han tenido ciertas limitaciones como la baja resolución y/o la escasa representación de la interacción atmósfera-mar", ha señalado.

Financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Unión Europea y la National Science Foundation (Estados Unidos), entre otras instituciones, el trabajo recientemente publicado "pretende mejorar ese entendimiento con una mejor metodología y un novedoso análisis donde se estudian nuevas características". En este sentido, el equipo ha utilizado un modelo global y acoplado (con el mar/océano) de 25 kilómetros de resolución que ha sido desarrollado hace poco.

La conclusión principal es que, hacia finales de este siglo y principalmente en otoño, los huracanes mediterráneos o medicanes, a pesar de la disminución de la frecuencia, "serán potencialmente más peligrosos, con vientos más intensos y más lluvias". Por tanto, de continuar con el calentamiento global de origen antropogénico, "aumentarán los riesgos asociados a los medicanes, con posibles consecuencias naturales y socioeconómicas".