El presidente de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección por el PSOE, Emiliano García-Page, ha avisado de que dentro de la inminente campaña electoral que arranca esta semana habrá algunos partidos "insatisfechos" con el reciente resultado electoral en el plano nacional que van a plantear su estrategia como si fuera "una revancha", en alusión al PP, aunque sin citarlo.
Según ha puesto de manifiesto durante un desayuno informativo organizado por el diario La Tribuna de Toledo, ha dicho que la nueva cita electoral puede ser vista por el electorado como "una segunda vuelta", aunque en realidad "no lo es".
En el plano autonómico, para García-Page sí que se trata de afrontar una "segunda vuelta", pero en este caso "la segunda mitad de un partido" que él mismo se fijó en ocho años, después de una legislatura donde se ha gastado "un millón de euros al día más" que el anterior Ejecutivo.
Ahora se le presenta el "propósito de acabar la faena" en la inminente campaña que ahora empieza, que se ha mezclado con la resaca electoral en una semana protagonizada por la apertura de diálogo de Pedro Sánchez con el resto de adversarios políticos. "Para mí sería bueno evitar una dinámica de fallas tectónicas que nunca ha traído nada bueno para el país. Queremos afrontar desafíos históricos que amenazan a veces la convivencia de un pueblo, como el desafío independentista", ha indicado.
Abundando en el concepto de segunda vuelta, ha alertado de que otros partidos pueden pedir el voto para "evitar" que el PSOE pueda acaparar mucho poder en el conjunto de España.
El programa más ambicioso
En este contexto, ha adelantado que va a presentar el programa "más contundente y ambicioso de todos", el "más contrastado" y realizado "con mucha ambición", teniendo en cuenta que ha estado "escuchando cuatro años sin parar a todo el mundo" y que el objetivo lo tiene "más que claro".
"La región no está para aventuras ni para marchas atrás", ha avisado, consciente de que "se puede producir un escenario de imprevisibilidad", pero ha remarcado que en Castilla-La Mancha "hay estabilidad" y una "definición clara de las metas colectivas" y que todo lo que se proponer hacer lo va a poder financiar porque la región ha cumplido con el déficit.
García-Page ha hablado de los retos de los próximos años, entre ellos el empleo, la educación, el bienestar social, el sector agroalimentario y la sanidad, refiriéndose en este último ámbito a quienes proponen reducir las listas de espera --el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha avanzado su compromiso de reducir las listas de espera sanitarias en un 50% en los primeros seis meses como presidente de la Junta--.
Los que hablan de esto, ha apuntado el dirigente socialista, son "los mismos que cuando gobernaron no las tenían" y su modelo "era llevarse a todo el mundo a otras comunidades autónomas". En este contexto, ha adelantado que va a plantear una tarjeta sanitaria única "para que sea más operativo el servicio".
En el turno posterior de preguntas, interpelado por el escenario postelectoral, ha agregado que no quiere "ganar simplemente" sino "ganar por el máximo posible". "Voy a pedir el voto a todo el mundo", ha manifestado, asegurando que va "mucho mejor sin muletas que con ellas. Yo y cualquiera". "Esperamos una legislatura sin peajes", ha añadido posteriormente preguntado por su relación con Podemos en el Gobierno.
Respecto a los debates electorales en campaña, ha declarado que "debate tiene que haber" pero que el PSOE se someterá "a lo que diga la Junta Electoral", pues los debates tienen que ser "lo más representativos posibles" a fin de que no haya "desequilibrios y para que nadie se pueda sentir marginado".
Freno al independentismo
Igualmente, ha sugerido que cada partido "podría utilizar las instituciones que gobierna para un enfrentamiento", mientras que él quiere ser "un freno claro" a homólogos suyos como el presidente del Gobierno catalán, Quim Torra.
"Podemos hacer de contrapeso, y pretendo hacerlo. Cada vez que se habla de independentismo, quien tiene que ayudar al gobierno a que no sea un debate bilateral, somos el resto. Si hablamos del conjunto del territorio tenemos que hablar todos", ha afirmado, asegurando que la fuerza de las autonomías puede "diluir" el conflicto.
Con todo, ha aseverado que como presidente autonómico quiere ser "una voz clara y nítida" en defensa del concepto autonómico. Además, ha considerado que la victoria de Pedro Sánchez es garantía de que en España "no va a pasar nada" en materia de autodeterminación catalana.
También ha tenido palabras para pedir "acumular más sentido común" en el centro político del que puedan conseguir "los polos opuestos" y los partidos independentistas.
García-Page ha recordado que España lleva sumida en "tensión electoral" más de un año, al tiempo que ha señalado que "hay mucha ingratitud en torno a la política".
Este momento es "muy particular" toda vez que "se ha resuelto la incógnita nacional" y ahora en España "se respira cierta tranquilidad". Ahora "quedan por delante muchos meses" marcados por el triunfo "meritorio" de Pedro Sánchez, victoria que "despeja muchas incógnitas" y genera "otras nuevas en otros partidos que tienen que digerir los resultados".
Para García-Page, el corto plazo pasa por un futuro "más despejado" en comparación con los últimos tiempos, marcados por "conflictos permanentes, trastorno social y una moción de censura".
"Si hay algo que he querido estos cuatro años es no buscar pretextos en la herencia recibida de Cospedal o la miseria política nacional para no cumplir mi programa. Hemos hecho de la necesidad virtud", ha presumido el líder autonómico.