La presidenta en funciones del Consejo Económico y Social de España, María del Carmen Barrera, ha interpretado la supresión en 2011 de órganos como el CES en Castilla-La Mancha como "tintes o brotes antidemocráticos" que se adoptan como "solución a problemas económicos de otra índole".
Momentos antes de presenciar el acto de toma de posesión del nuevo presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, Enrique Cabero, la máxima representante de esta institución de asesoramiento al Ejecutivo nacional ha reconocido que la crisis económica llevó a una "fiebre" por suprimir este tipo de instituciones.
No obstante, Barrera ha confiado en que la solución adoptada en 2011 en una Castilla-La Mancha entonces gobernada por María Dolores de Cospedal "no sea irreversible" y en que el nuevo mandato autonómico de Emiliano García-Page pueda recuperar esta institución para su Comunidad.
Como ha destacado Barrera, instituciones como el CES se dotan de herramientas como el diálogo, que deben extrapolarse a la "compleja situación social" que se vive en estos momentos en España, de ahí que haya invitado al Gobierno, a los partidos y demás agentes sociales a "profundizar en el valor del consenso y del diálogo".
Y es que, según la presidenta en funciones de esta institución, los Consejos Económicos y Sociales autonómicos son "órganos de vertebración de las políticas sociales y de participación ciudadana", de la que todas las Comunidades se deberían dotar, ha apostillado.