Dos linces han muerto atropellados en sendas carreteras de Castilla-La Mancha durante el mes de noviembre.



La Junta de Comunidades ha informado en un comunicado de que un atropello se produjo el 15 de noviembre, en la CM-410, en el término municipal de Pulgar (Toledo) y el otro, ocurrió el 24 de noviembre en la N-420 en el término municipal de Fuencaliente, en Ciudad Real.



La Administración regional ha aportado estos datos en el comunicado en el que ha informado de que ha iniciado los trámites oportunos para personarse como acusación particular en la denuncia contra el cazador que abatió a la lince Nenúfar el pasado mes de junio en Menasalbas (Toledo).



El viceconsejero de Medio Ambiente de la Junta de Comunidades, Fernando Marchán, ha detallado que los servicios jurídicos de la Administración regional ya han iniciado los trámites reglamentarios establecidos para estos casos y ha resaltado que el compromiso que tiene el Gobierno regional con la repoblación del lince ibérico, animal en peligro de extinción, les obliga a ser "inflexibles ante atentados contra la fauna", como a su modo de ver lo es el sucedido con la lince Nenúfar.



La lince Nenúfar falleció a consecuencia del disparo de un cazador en junio, y posteriormente, también murieron sus cuatro crías debido a la muerte de la madre.



El ejemplar de lince ibérico fue encontrado por un agente medioambiental que puso el hallazgo en conocimiento de la Guardia Civil, quien a través de su unidad del SEPRONA ha localizado e identificado a un hombre que ha reconocido que disparó al lince alegando que lo confundió con un zorro.



En este sentido, Marchán ha elogiado el gran trabajo llevado a cabo para dar con el culpable por parte de los Agentes Medioambientales y de la Guardia Civil, y ha insistido en que, una vez cumplido el trámite necesario y con el beneplácito del gabinete jurídico, la Junta de Comunidades se sumará a la denuncia que ya ha interpuesto el propio SEPRONA, grupos ecologistas, y la Asociación de propietarios rurales para la gestión cinegética y conservación del Medio Ambiente.



El cazador, que ha reconocido que disparó al lince al confundirlo con un zorro, se enfrenta a penas de hasta dos años de prisión y sanciones de hasta cuatro años de inhabilitación para la práctica de la caza.



Además, el coto de Menasalbas donde sucedió el incidente se encuentra actualmente suspendido para la práctica de cualquier actividad cinegética a la espera de que se clarifiquen los hechos.



En estos momentos también hay abiertas otras dos investigaciones para intentar esclarecer las circunstancias del fallecimiento de otros dos ejemplares de lince ibérico en la región, uno por un disparo, y otro que fue atrapado por un cepo.



Pese a todo lo anterior, Marchán ha subrayado el "buen trabajo" que se está llevando a cabo en la repoblación del lince ibérico en la región y ha recordado que "en solo cinco años la especie ha pasado de unos pocos ejemplares a casi 200 individuos controlados".