El número de bibliotecas de Castilla-La Mancha descendió un 0,7 por ciento entre 2016 y 2018, periodo de tiempo en el que la región ha perdido un total de cuatro, hasta alcanzar un total de 561, mientras que la tasa de población usuaria se sitúa en el 52,4 por ciento, por encima de la media nacional, que se instaló en 46,7.
Así las cosas, la tasa por habitante de visitas en sala fue del 3,7 por ciento, por debajo del 4,2 nacional, mientras que las visitas a la página web de las mismas cae al 2,2, frente al 4,4 de la media española. En cuanto al número de puestos de servicio o locales que dependen de las bibliotecas en Castilla-La Mancha fue de 633 en 2018. En términos relativos el número medio de habitantes por punto de servicio fue de 3.208, frente al 5.640 de la estadística nacional.
Respecto a la tasa de préstamo por castellano-manchego fue del 1,3, por debajo del 1,7 nacional, y lejos de comunidades como Murcia, Andalucía o Castilla y León, que lideran el ranking con una media del 2,9.
Por último, de las 561 bibliotecas que había en la región a cierre del 2018, el 93,4% tenía acceso a Internet, el 81,1% ofrece conexión Wifi a los usuarios y el 73,3% es accesible por Internet, servicios que hacen que estos centros castellano-manchegos se sitúen por encima de la media nacional.
Datos nacionales
El número de bibliotecas de España descendió un 2,7 por ciento entre 2016 y 2018 hasta alcanzar un total de 6.458, mientras que el número de usuarios inscritos se situó en 21,83 millones de personas, lo que supone una caída del dos por ciento en dos años, según muestra la Estadística de Bibliotecas de 2018 que publica este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Por comunidades autónomas, los territorios donde se observaron los mayores descensos en el número de bibliotecas respecto a 2016 fueron la Comunidad de Madrid, Principado de Asturias y Andalucía con una disminución de 32, 29 y 20 bibliotecas, respectivamente. Por su parte, las que menos bibliotecas perdieron fueron Cantabria y la ciudad autónoma de Melilla (con solo una biblioteca menos), mientras que la Comunidad Foral de Navarra mantuvo el mismo número que en 2016.
En total, según datos de 2018, España cuenta con una biblioteca nacional, 4.001 bibliotecas de acceso público, 1.982 especializadas, 269 de instituciones de enseñanza superior, 198 para grupos específicos de usuarios y siete bibliotecas centrales de comunidades autónomas.
El 86,5 por ciento de las bibliotecas eran de titularidad pública. La Administración Local tuvo el mayor número (4.073, de las que 3.869 fueron de acceso público). Por su parte, el 13,5 por ciento de las bibliotecas era de titularidad privada, el 2,4 por ciento universitaria y el 2,4 por ciento restante de otra titularidad.
El número de bibliotecas públicas disminuyó un 0,8 por ciento respecto a 2016, mientras que las dependientes de la Administración Local bajaron un 0,5 por ciento y las de la Administración General del Estado un 3,4 por ciento. Por el contrario, las de la Administración Autonómica se redujeron un 7,0 por ciento.
En cuanto a los usuarios inscritos, de los 21,83 millones de personas registradas, 17,43 millones fueron usuarios adultos y 4,4 millones infantiles. En términos relativos, el 46,7 por ciento de la población fue usuaria de servicios bibliotecarios, un porcentaje menor que los registrados en 2016 (47,9%) y 2014 (47%).
Por comunidades autónomas, las mayores proporciones de usuarios se observaron en Cataluña (71,9% de la población), Principado de Asturias (62%) y Castilla y León (54,4%).
Aumentan los fondos
Por otro lado, la estadística del INE refleja que la cantidad de fondos existentes en las bibliotecas españolas en el año 2018 fue de 291,44 millones de documentos, un 1,7 por ciento más que en 2016. Las comunidades que presentaron los mayores aumentos de fondos fueron Región de Murcia (7,2%), Aragón (7,0%) y Principado de Asturias (4,6%).
Los libros representaron el 61,8 por ciento del total de fondos, los documentos electrónicos el 12,3 por ciento y el conjunto de documentos sonoros y audiovisuales el 7,2 por ciento. El 23 por ciento de las bibliotecas poseían colecciones de fondos de entre 10.001 a 20.000 documentos y el 22,5 por ciento de entre 5.001 a 10.000 documentos.
Los fondos de libros electrónicos alcanzaron los 19,56 millones en 2018, lo que supone un aumento del 21,3 por ciento respecto a 2016, y acaparan el 6,7 por ciento del total de fondos, un punto más que en 2016. Durante 2018 se prestaron 4,20 millones de ejemplares electrónicos, casi cuatro veces más que en 2016. Además, el número de lectores de libros electrónicos presentes en las bibliotecas aumentó un 1,3 por ciento, hasta los 7.636 equipos.
Respecto al personal de las bibliotecas, la plantilla estaba compuesta por 24.941 personas en 2018, lo que equivale a 20.729 empleados a tiempo completo, y 3.515 colaboradores en concepto de becarios y voluntarios (equivalente a 1.419 a tiempo completo). El personal en plantilla aumentó un 0,4 por ciento respecto a 2016, mientras que el personal colaborador descendió un 7,3 por ciento.
Cae la demanda de libros
Los usuarios de bibliotecas tomaron en préstamo domiciliario 77,76 millones de documentos en 2018, un diez por ciento más que en 2016. En media, se prestaron 1,7 documentos por habitante y el libro fue el más solicitado (57,7%), aunque su demanda disminuyó un 5,3 por ciento. Por detrás del libro se sitúan los documentos electrónicos (17,7%) y los audiovisuales (10,6%).
El préstamo domiciliario de documentos electrónicos aumentó de 5,2 millones en 2016 a 13,7 millones en 2018, mientras que la demanda de documentos audiovisuales un 21,2 por ciento y la de documentos sonoros un 26,7 por ciento. Por comunidades, las mayores tasas de préstamos por habitante se dieron en Región de Murcia (2,9 documentos) y en Andalucía, Castilla y León y Cataluña (2,1 en cada una).