Castilla-La Mancha tiene un nuevo arma contra los cigarrillos. El Plan Respira para la prevención y control del tabaquismo se va a centrar en prevenir el consumo de tabaco, sobre todo entre los jóvenes, teniendo en cuenta que el 12 % de los muchachos entre 14 y 18 años fuma a diario, y más las chicas que los chicos. Además, el plan hará hincapié en ayudar a los fumadores a encontrar la motivación que les lleve a dejar este hábito.
El director general de Salud Pública, Juan José Camacho, y la directora general de Atención Primaria del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), Natalia Valles, han presentado este viernes en rueda de prensa el Plan Respira para la prevención y control del tabaquismo en Castilla-La Mancha, que se va a aplicar en la región en dos bloques: la prevención y la deshabituación, ésta ya en el ámbito asistencial.
El tabaco es la segunda droga más consumida en la región, solo por detrás del alcohol, y los datos señalan que el 35 % de los castellano-manchegos fuma, consumen por término medio 12,7 cigarrillos al día, lo que significa que cada día se consumen en la región 9 millones de pitillos.
En el campo de la prevención se va a trabajar para sensibilizar a la población de los riesgos del tabaco y, además de campañas en los medios de comunicación, se van a realizar una serie de actividades en la última semana de mayo, todo ello centrado en los jóvenes, puesto que la edad de inicio son los 14 años.
También se realizarán tareas de prevención en el ámbito asistencial y se impartirán cursos a profesionales sanitarios para aprender a ayudar en la búsqueda de la motivación para dejar de fumar, ya que esto es fundamental para abandonar un hábito.
Dentro de la vía clínica, han explicado que el programa antitabaco se inicia ya desde la consulta de Atención Primaria, donde se pregunta a todos los pacientes si son fumadores y, en el caso de que digan que sí, se les aconseja sobre los beneficios que van a notar si dejan de fumar.
A continuación, se les asesora y se comprueba si su motivación es suficiente para dejar este hábito, y de ser así, se le ofrece ayuda, bien con medicamentos o no porque los medicamentos no son necesarios en todos los casos.
Si se les prescribe medicamento, éste está financiado por la seguridad social, y se empleará para los pacientes con una motivación expresa y con un alto nivel de dependencia.