Las mujeres hacen historia en una hermandad de Ciudad Real 400 años después
Cuatrocientos años después de su constitución, la Hermandad de Nuestra Señora de la Virgen del Prado ha recibido el visto bueno del Obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, para aprobar la modificación de sus estatutos que permiten, desde este jueves, la incorporación de las mujeres.
De tal forma que las mujeres podrán incorporarse en igualdad de condiciones a los hombres a la hermandad que representa a la patrona de Ciudad Real, según han dado a conocer en sus redes sociales consultadas por Efe.
Y lo podrán hacer después de que el obispo de Ciudad Real haya aprobado los nuevos estatutos que contemplan esta importante modificación.
Tras varios años de debate sobre si la mujer o no debía poder formar parte de esta hermandad y acceder en las mismas condiciones que los hombres, se han aprobado los nuevos estatutos que ponen fin a la norma que permitía desde el siglo XVI únicamente la entrada de hombres a esta hermandad.
El artículo 8 de los nuevos estatutos establece que "podrán pertenecer a esta hermandad todos los fieles católicos, hombres y mujeres, que no estén incursos en los supuestos contemplados como causa de baja en el artículo 14 y que, además, se comprometan a cumplir con los deberes comunes a todos los católicos y a observar los propios de la Hermandad".
Se permite, por tanto, la entrada de las mujeres a esta hermandad, después de varios años en los que se había cuestionando la modificación de los estatutos y ello en base a que existe una hermandad paralela, denominada 'La corte de honor', que está formada mayoritariamente por mujeres, aunque esta también admite la presencia de hombres.
La entrada definitiva de las mujeres a esta hermandad se ha producido casi dos años después de que todos los hermanos decidieran en una asamblea general ordinaria modificar los estatutos acordando estos cambios.
Hace unos años saltó en Ciudad Real la polémica porque varias mujeres denunciaron la machista tradición de no dejarlas formar parte de esta hermandad y alguna de ellas llevaban años reivindicando que hombres y mujeres procesionaran juntos, puesto que hasta ahora las mujeres que formaban parte de la Corte de Honor siempre lo hacían al final.
Otras mujeres, sin embargo, habían considerado que era algo tradicional no formar parte de la Ilustre Hermandad de la Virgen del Prado de Ciudad Real y habían señalado que no veían la necesidad de agruparse hombres y mujeres.