El consejero de Sanidad del Gobierno de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha informado de que todavía restan 900 camas hospitalarias libres en toda la región para hacer frente a la expansión del coronavirus, además de 49 camas en Unidades de Cuidado Intensivo, si bien ha reconocido que se está preparando por si se agravara la situación y fuera necesario recurrir a camas de la sanidad privada en una segunda fase, o incluso a estancias no sanitarias, como residencias de estudiantes u hoteles.
En rueda de prensa, ha recordado que la región tiene "todos los planes de contingencia en marcha" con tres fases, que pasan por responder primero solo con sanidad pública, recurrir en segunda instancia a la sanidad privada, o, llegado el caso sumar instalaciones no sanitarias.
En el caso de que fuera necesario llegar a esa tercera fase, ha reconocido que la región ya se aprovisiona de material para poder equipar estancias no sanitarias.
"La respuesta en este momento en el sistema público está siendo del cien por cien. Tenemos cerca de 1.500 urgencias menos que la pasada semana, porque están dando fruto las decisiones de contención y porque la gente entiende que nos tenemos que dedicar al virus", ha afirmado Fernández Sanz.
A la espera del pico
Cabe recordar que, según los últimos datos aportados por la propia Consejería de Sanidad, en la región hay un total de 817 personas aisladas y 762 en hospitalización, mientras que las personas en UCI superan las 70.
"Esperamos que el número de casos aumente de manera importante. Va a ser la semana de mayor subida de casos, y además vamos a hacer mucho más número de pruebas, lo que hará crecer el denominador", ha avisado Fernández Sanz.