El Gobierno ha sufrido una segunda decepción con los test del coronavirus porque han reemplazado los que ni funcionaban con otros que tampoco funcionan.
Según publica este martes en exclusiva El País, el ejecutivo que preside Pedro Sánchez trata de recuperar el dinero que pagó por los 640.000 test de antígeno que compróa través de un distribuidor española la empresa china Bioeasy.
Resulta que las pruebas con las que la compañía pretendía reemplazar a las originales, que son de antígeno pero usan un método distinto, tampoco funcionan.Como ocurrió la primera vez, tampoco estas cuentan con la sensibilidad necesaria, es decir, tienen una alta probabilidad de no detectar el coronavirus en una persona que esté efectivamente contagiada.
Recuerda El País que a finales de marzo el Ministerio de Sanidad tuvo que mandar de vuelta a China 58.000 test rápidos diagnósticos del total de los 640.000 que había comprado para iniciar cuanto antes las pruebas masivas a profesionales de la salud y a trabajadores y residentes en residencias de mayores.
Sanidad ha confirmado al diario madrileño que se ha iniciado un expediente de reintegro para recuperar lo que pagó por los test. "El ministerio sigue sin desvelarcuánto le costó el encargo a Bioeasy y quién esel misterioso intermediario españolque hizo la operación. Sanidad no está publicando los contratos de compras de material sanitario pese a que la Junta Consultiva de Contratación Pública, dependiente del Ministerio de Hacienda, ha emitidoun informe en el que asegura que debe hacerlo", publica el citado diario.