El consejero de Sanidad del Gobierno de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha revelado que los equipos de Enfermería formados para detectar casos positivos de coronavirus y analizar sus posibles contactos --llamados rastreadores-- han registrado un total de 1.503 positivos desde el 11 de mayo, personas contagiadas que han tenido 11.190 contactos en total.
En rueda de prensa, ha dicho que son un total de 3.183 casos los que todavía están en seguimiento, y ha reparado en que el 97 % del total de casos registrados en estas últimas semanas derivan de estos rastreadores, lo que para Fernández Sanz trasmite "mucha tranquilidad y confianza" ante posibles rebrotes.
El consejero ha dicho que en caso de detectar rebrotes, se podría decretar el confinamiento de poblaciones, municipios o comunidades de vecinos yha dado datos sobre el estudio de seroprevalencia entre el personal sanitario de Castilla-La Mancha, a punto de finalizar en todas las provincias.
Los datos provisionales apuntan que de los 18.722 sanitarios analizados, 3.092 se han infectado, pero ya hay curados 2.812 y 280 permanecen aislados.
Fernández Sanz ha celebrado que se esté recuperando la normalidad en la capacidad asistencial más allá del coronavirus. Así, ha apuntado que se han recuperado el 62 % de las intervenciones quirúrgicas, y de algo más de 500 realizadas en un día normal, ahora son más de 300 en un día.
Las pruebas diagnósticas se hacen incluso en triple turno en algunos centros sanitarios y además se han recuperado los tres programas de detección precoz de cáncer, como son los de mama, de colon y de cérvix.
Se ha vuelto a la normalidad en cateterismos y en hospitales de día oncohematológicos hay un 0,2 % más de actividad que en el año anterior, según los datos facilitados.
Fernández Sanz ha reparado en los buenos datos de los últimos días, teniendo en cuenta que hay menos fallecidos, apenas hay entre una y seis camas de pacientes agudos ocupadas y se registran pocos nuevos ingresos.
El número de casos positivos diagnosticados por PCR roza los 18.000, a un ritmo de una veintena cada día, después de 135.000 pruebas de este tipo realizadas, casi 1.500 al día de promedio en las últimas jornadas.
Castilla-La Mancha empieza a ocupar posiciones más amables en los ranking, con un índice acumulado por detrás de Madrid, Cataluña, Castilla y León o País Vasco. Así, la cifra total de positivos en Castilla-La Mancha representa cerca del 7 % del total nacional, mejor escala que en las peores semanas de marzo y abril.
En cuanto a la letalidad, son más de 3.000 fallecidos confirmados, lo que hace tener un índice del 10,7 %, ante una media española del 11,5 %.
El decreto "no está escrito en piedra"
El titular de la sanidad castellano-manchega ha considerado que el haber cumplido en la región con todas las fases hasta la nueva normalidad ha sido posible "gracias a la responsabilidad y cumplimiento de todos los criterios, desde el confinamiento más estricto hasta todas las rutinas de la desescalada".
Ahora, ha indicado, "es cuando más cautela y responsabilidad hay que tener". "Empezamos a salir más, a relacionarnos, y eso obliga a que las normas básicas que ya están recogidas en el decreto de la nueva normalidad se cumplan".
Uso de mascarillas, higiene respiratoria y de manos, "todas esas normas que hemos aprendido todas las personas y que ahora debemos llevar incorporadas en nuestra forma de vida".
En esta nueva normalidad, se abren los parques infantiles, se permiten las visitas en centros de mayores e instituciones sociosanitarias y se abren las fronteras entre provincias, además de que se aflojan las restricciones en el pequeño comercio y se no se limita el aforo en las terrazas de hostelería.
En todo caso, ha reconocido que este decreto tendrá que ser modificado a lo largo de la nueva normalidad según se vayan sucediendo los acontecimientos. "No es un decreto escrito en una piedra. Poco a poco tendremos que ir cambiando cosas", ha señalado.