Durante los últimos días hemos visto cómo los termómetros se han disparado a lo largo y ancho del territorio español. Hasta tal punto que en algunas zonas se han superado los 42 grados.
Según Aemet, además, se han notificado registros de entre 4 y 7 grados superior a lo habitual en estas fechas. Un calor que, sin embargo, no nos afecta a todos por igual. Uno de los colectivos más vulnerables es el de los niños.
Es por eso que el comparador Acierto.com ha querido recordar cómo viajar con ellos de forma segura en verano y por qué no deberíamos dejarlos nunca solos en el vehículo.
Así, y según datos que maneja el comparador de seguros de coche, dejar dentro del vehículo a nuestro pequeño durante más de 10 minutos dispara las probabilidades de que sufra un golpe de calor. Incluso con las ventanillas bajadas.
Y es que el vehículo puede llegar a duplicar su temperatura en solo media hora. Estaríamos hablando de que de 30 grados se pasaría a 60 en un plazo muy breve. Precisamente por esto resulta peligroso dejar a los niños solos en el coche, incluso aunque no haga calor.
El efecto lupa de los cristales, las tapicerías oscuras y el calor reconcentrado agravan la situación. Además, cuando el cuerpo humano supera los 42 grados se disparan las posibilidades de sufrir un golpe de calor. Otras consecuencias son la insolación, las quemaduras, hipertermia...
Por desgracia, esta manera de proceder se ha saldado ya con más de un centenar de muertes en Europa durante los últimos años. Encabezan el ranking de niños fallecidos Francia, Alemania e Italia (por este orden). El 65% tenía menos de dos años. En algunos países como los Estados Unidos la cifra de fallecidos anual casi alcanza los cuarenta. Aquí hay que tener en cuenta que la reserva de agua de los niños es menor y que sus termorreguladores están menos preparados.
Asimismo y tal y como ocurre en otro tipo de accidentes, los descuidos se encuentran detrás de 8 de cada 10 casos. El resto dejó a su hijo conscientemente dentro del coche.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Algunos de los síntomas del golpe de calor son la fiebre, la piel muy caliente, respiración agitada, dolor de cabeza, vómitos… En tal caso lo primero será sacar al pequeño del automóvil (o llamar al 112 para que lo haga si el coche no es nuestro) y bajar su temperatura. Podemos hacerlo sumergiéndole en agua tibia o con compresas frías en la cabeza. Tumbarle en el suelo y levantarle las piernas es recomendable. En caso de estar consciente deberemos darle agua, a ser posible con sales para que se rehidrate correctamente.
Dicho lo cual, para evitar este tipo de incidentes algunos países como Italia hicieron obligatorio el uso del sistema de alerta de niños en el coche: una alarma que advierte si el conductor se aleja del vehículo y deja a su pequeño dentro de él. Sin embargo, no es el caso de España.
Cómo viajar con niños y calor
Por otra parte, existen una serie de buenas prácticas para viajar con niños y calor. Entre otros, antes de introducir al niño dentro del coche deberemos comprobar que la temperatura interior es la adecuada. Lo ideal es entre los 21 y 24 grados. Además, si ha estado expuesto al sol resulta conveniente ventilar antes.
El aire acondicionado se convertirá en nuestro aliado. No obstante, el flujo de aire no debería estar dirigido directamente a él. De lo contrario se pueden resecar sus mucosas o irritar el sistema respiratorio.
Tampoco es conveniente abrigarle y subir el aire acondicionado, lo ideal es que viaje con ropa cómoda, holgada y ligera. Además, montarle con ciertas prendas de abrigo en la sillita aumenta las posibilidades de que el sistema de retención no funcione adecuadamente, y que el niño salga disparado en una frenada brusca o accidente. Contar con una muda adicional por si se marea.
Para evitar la incidencia directa del sol podemos optar por los parasoles. Otras recomendaciones son evitar salir en horas de tráfico o de mucho calor, comprobar periódicamente su temperatura, descansar cada hora y media para que el bebé pueda moverse, no programar viajes excesivamente largos, llevar agua con nosotros para hidratarle, etcétera.
Mayor riesgo de averías en carretera: hasta un 16% más
Más allá de los niños, el calor también puede generar otro tipo de problemas al volante. Entre otros, incrementa más de un 20% el riesgo de sufrir un accidente en carretera. Y cuanta más alta es la temperatura, mayor es también ese riesgo. Por ejemplo, conducir a 35 grados puede provocar que el conductor deje de percibir el 20% de las señales de tráfico e incremente sus errores más de un 30%. La visión es otra capacidad que se ve afectada.
El calor, asimismo, también aumenta las posibilidades de sufrir una avería en carretera (y consecuentemente de requerir la asistencia en carretera del seguro de coche). Lo hace hasta un 16%. El sistema de refrigeración, los neumáticos y determinadas piezas que podrían resecarse y romperse son algunos de los grandes perjudicados.