El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha dicho este miércoles en la localidad ciudadrealeña de Puertollano que "de poco serviría" que la Junta de Comunidades "obligue a sus ciudadanos a autoconfinarse si están las puertas abiertas de par en par con Madrid, Valencia o Andalucía; y la clave del Estado de alarma está en la movilidad".
Emiliano García-Page ha considerado, en este sentido, que decretar el estado de alarma en una comunidad autónoma y "aplicar medidas excepcionales sin afectar la movilidad entre regiones" tendría "poca utilidad en este momento".
García-Page, que ha firmado este miércoles un protocolo para impulsar la implantación y desarrollo de una nueva área industrial en Puertollano (Ciudad Real), ha analizado durante su intervención ante los medios de comunicación la invitación que este martes ha hecho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a los gobernantes regionales a pedir al Ejecutivo este instrumento si lo consideran necesario para contener la pandemia en sus territorios.
El presidente castellano-manchego, que ha agradecido el ofrecimiento de Sánchez, ha pedido que se tenga en cuenta que la eficacia del estado de alarma residió en su momento en el confinamiento general y en la paralización de la movilidad.
"Las medidas de este tipo o son de confinamiento integral o no merecen la pena", ha aseverado García-Page, que ha opinado que "de poco serviría" que Castilla-La Mancha obligara sus ciudadanos a confinarse nuevamente si, por ejemplo, en el país están abiertas las fronteras con Portugal o con el resto del mundo a través de los puertos y aeropuertos.
Poca utilidad
En este sentido, ha sostenido que para que una medida de este tipo fuera eficaz, cada comunidad autónoma debería tener en cuenta las estadísticas de las regiones vecinas más que las propias.
"La clave de la excepcionalidad del estado de alarma residía en interrumpir la movilidad. Por tanto, aplicar medidas extremas sin afectar a esa movilidad entre regiones, me parece que tiene poca utilidad en este momento", ha sostenido García-Page.
En todo caso, ha recordado que en determinados municipios sí se están aplicando medidas más estrictas, de acuerdo con las autoridades locales, debido a "determinados índices de contagio", si bien ha indicado que en Castilla-La Mancha, estas medidas más rigurosas se han aprobado en una decena de municipios de los 919 que existen en la región.
En general, el presidente castellano-manchego ha abogado por "tener un planteamiento de razonable optimismo" sin dejar de estar preocupados, pues ha advertido de que la sociedad no se puede relajar porque "el virus está ahí". Con todo, ha animado a "trabajar con normalidad y con hábitos nuevos", como es el uso de la mascarilla y el hidrogel y mantener la distancia social.
Aumento de casos
En cuanto al aumento de casos de las últimas semanas en toda España, ha considerado que no se pueden comparar los datos de estos días con los que se registraban a, por ejemplo, a finales de marzo, porque sería comparar "un país que estuvo encerrado con un país que está en movilidad".
Asimismo, ha incidido en que en la actualidad, el sistema sanitario está más preparado que cuanto comenzó la pandemia y ha puesto como ejemplo que en Castilla-La Mancha, el 80 por ciento de casos detectados se hace de manera precoz y 10 de cada 11, son por rastreo.
Por otro lado, ha considerado que, aunque algunos han malinterpretado las palabras de Sánchez al hacer el ofrecimiento sobre que los presidentes autonómicos sean quienes soliciten la declaración de estado de alarma en sus comunidades. "Sánchez no reniega de su obligación, que es establecer una estrategia nacional contra el COVID-19" y ha defendido que "las estrategias, cuanto más coordinadas mejor" y ha defendido que sean "globales", incluso a nivel europeo.
"Hay que aplicar protocolos lo más parecidos posible en el conjunto de la sociedad, porque lo contrario lleva a la confusión, malos entendidos e irracionalidad", ha propuesto García-Page, que ha advertido de que si el país tuviera que volver a un segundo confinamiento general "sería terrible" y por ello ha abogado por "intentar que haya normalidad, sabiendo que el virus está".