El sumario del caso Kitchen está trufado de conversaciones grabadas por el excomisario José Manuel Villarejo en las que va dejando hilos sobre sus negocios, encargos, filias y fobias, pero también advertencias del poder destructivo de los archivos que fue acumulando durante años.
"Los voy a joder a todos...", "Me voy a dedicar los próximos años a darles mucho por el culo"..., "Cuando empiece con los cocineros, van a ver". Estas tres frases son ejemplos de las amenazas que Villarejo profería en enero de 2017, meses antes de su detención, pero cuando ya había dejado de ser intocable.
25 de enero de 2017. Villarejo almuerza con un empresario, un abogado y con el exjefe de la UDEF José Luis Olivera, entonces director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), denominado Oli o Pepelu en este sumario en el que se investiga el espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas para recuperar información y documentos comprometedores para la cúpula del partido.
Entre las preocupaciones inmediatas de Villarejo estaba la promoción de su "tronco" Olivera como director adjunto operativo (DAO) de la Policía, el número 2 del cuerpo, una responsabilidad que en tiempos de Jorge Fernández Díaz había ocupado Eugenio Pino, imputado en este caso.
En 2017, al frente del Ministerio estaba Juan Ignacio Zoido, a quien, según Villarejo, colocó en el cargo María Dolores de Cospedal. El policía trataba con la dirigente del PP desde una década antes ya fuera directamente o a través de su marido, Ignacio López del Hierro, otro nombre que aparece constantemente en el sumario.
El excomisario movió todos los hilos posibles para que Olivera fuera promovido a DAO, pero no lo logró. El 31 de enero de 2017, tomó posesión Florentino Villabona, un experimentado comisario próximo a la jubilación y que no pertenecía a la denominada "policía patriótica" o "policía política".
Una semana antes, según las grabaciones a las que ha tenido acceso EFE, Villarejo mostró su hartazgo con el Ejecutivo del PP y advirtió de que la única manera de que se relajara un poco es que situaran a su amigo al frente de la Policía: "Si te nombran DAO, me calmo un poco, porque sé que vas a arreglar el país".
"Os vais a cagar"
El comisario, que se había jubilado meses antes, había avisado a Cospedal de la importancia de imponer su criterio en el asunto del DAO, porque Soraya Sáenz de Santamaría, su rival a la sucesión de Mariano Rajoy, se había interesado por él. Según sus palabras, le dijo que elegir a Olivera era bueno para ella y al país: "Esto es un puto pedregal, aquí hay cangrejos debajo de cada piedra: os vais a cagar".
Pero el malestar de Villarejo iba más allá. Un juez acababa de admitir una querella contra él por calumnias y, según sus palabras, lo había hecho porque le había llegado el expediente que le había abierto la Policía y posteriormente archivado tras su jubilación.
"Y se lo dan para que me toque los cojones y me haga declarar allí", se quejó tras lamentar haber "pasado toda la puta vida haciendo favores a esta gente" y recordar el episodio de 2009 en el que Olivera y él -"emboscados en el puto coche para que no nos mordieran"- traicionaron a Alfredo Pérez Rubalcaba para ayudar al PP en el caso Gürtel.
Muy enfadado
Un caso que "podía haberlos mandado a todos a tomar por culo, y eso no se puede olvidar en su puta vida", sentenció Villarejo ante sus interlocutores.
"Yo me voy a dedicar los próximos años a darles mucho por culo, porque les he dado todo, me han tirado como una puta tanga y encima lo último (la querella)", exclamó Villarejo, quien incluso auguró la bomba que supondría para la antigua cúpula del partido el caso Kitchen: "Y no he empezado con la cocina: cuando empiece con los cocineros, van a ver...".
"Como no son serios... Si fueran serios, me daría un tiro en la cabeza. Pero los voy a joder a todos", advirtió el comisario.
Villarejo se jacta en repetidas ocasiones en las grabaciones que obran en el sumario de las "siete copias" que tiene escondidas de todo el material que fue grabando durante décadas, tres de ellas guardadas en el extranjero.
Finalmente, esas copias no le salvaron, y Villarejo cayó en noviembre de 2017 por la investigación de Asuntos Internos, incluso después de lograr que cesaran al también comisario Marcelino Martín Blas, que se había convertido en su gran enemigo en el cuerpo a raíz de que vinculara a su hijo en el caso Gao Ping.
Villarejo se atribuyó directamente el mérito del relevo de Martín Blas, cuando advirtió al secretario de Estado que o le "cortaba la cabeza" o él "levantaba el pie a Esperanza (Aguirre)" y detenía "al cocinero" y le hacía declarar.
El 3 de noviembre de 2017 fue detenido Villarejo, y un año después el juez abrió la pieza separada de Kitchen tras la publicación por algunos medios de comunicación del espionaje a Bárcenas entre 2013 y 2015 con cargo a fondos reservados.
Actualmente, el juez ha imputado, además de a varios policías o expolicías, al exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez y al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, en tanto que la Fiscalía ha pedido hacer lo mismo con María Dolores de Cospedal y su marido.