Todo el mundo espera la vacuna contra el Covid-19 con esperanza, y creyendo que no tardará mucho en poder disponer de ella. Sin embargo, los expertos intentan advertir de que la realidad es otra.
The New York Timesha publicado un artículoen el que se advierte de que las primeras vacunas podrían proporcionar únicamente una protección moderada, con la que seguirá siendo necesario utilizar mascarilla. Para primavera o verano habrá varias vacunas de este tipo disponibles, pero no está claro qué método se seguirá para elegir una u otra.
El problema es mayor, ya que debido a la variedad de opciones, los fabricantes de una vacuna superior que esté en las primeras etapas de desarrollo podría tener problemas para terminar las pruebas clínicas. Otras podrían tener que retirarse del mercado de forma abrupta porque no son seguras.
“Casi nadie se ha dado cuenta todavía de la complejidad, el caos y la confusión que se producirán en unos pocos meses”, ha advertido ya el doctorGregory Poland,director del Grupo de Investigación de Vacunas dela Clínica Mayo.
En el artículo se señala que parte de esta confusión es inevitable, pero parte es el resultado de cómo se diseñaron los ensayos de la vacuna contra el coronavirus: cada empresa está realizando su propio ensayo, comparando su inyección con un placebo.
The New York Timesseñalaque en primavera, cuando los científicos del gobierno de Estados Unidos comenzaron a discutir cómo invertir en la investigación, algunos querían probar varias vacunas a la vez, unas contra otras.
Anthony Fauci,el homólogo de Fernando Simón en Estados Unidos, estuvo a favor de la idea.Pero estos megaensayos representan un riesgo comercial para cualquier fabricante de vacunas dado que una vacuna se compara directamente con sus competidores.
Así que el gobierno de Estados Unidos ofreció financiar grandes ensayos de vacunas si las empresas aceptaban algunas reglas básicas comunes y compartían algunos datos.Las empresas podrían realizar así las pruebas por su cuenta.
The New York Timesseñalaque la primera autorización para una vacuna podría obstaculizar los ensayos en curso de sus competidores. Por ejemplo, explica, algunos voluntarios, que no estaban seguros de si habían recibido una vacuna experimental o un placebo, podrían abandonar un ensayo en curso para obtener la vacuna autorizada, lo que ralentizaría la investigación.
La situación podría ser aún peor para las vacunas que en ese momento estén en las primeras etapas de la prueba.Es posible que tengan que demostrar que son mejores que la vacuna recientemente aprobada y la diferencia entre dos vacunas será menor que entre una vacuna y un placebo.Como resultado, es posible que estas pruebas tengan que ser más grandes y durar más.
El periódico advierte de que para la primavera o el verano es muy posible que haya varias vacunas contra el coronavirus para que los consumidores estadounidenses elijan.Pero esa elección será difícil.Una vacuna que mostró una eficacia del 50% en un ensayo, por ejemplo, en realidad podría ser más protectora que una que mostró una eficacia del 60% en un ensayo diferente.