El Gobierno de Castilla-La Mancha ha asegurado que en las próximas semanas, en función de la llegada de dosis, se procederá a la vacunación de los grupos 3 (personal sanitario y sociosanitario “de segunda línea”) y 4 (grandes dependientes) frente a la covid-19 y ha señalado que el proceso se podría incluso “solapar” con la vacunación a los mayores de 80 años, por su “especial vulnerabilidad”. El Ejecutivo regional considera que, si las circunstancias lo permiten y llegan las dosis, en verano estará vacunado el 70% de la población de Castilla-La Mancha.
Así lo ha avanzado el director general de Salud Pública, Juan José Camacho, en la Comisión de Sanidad de las Cortes, en la que ha comparecido este jueves por videoconferencia junto al director general de Asistencia Sanitaria del Sescam, José Antonio Ballesteros, para informar sobre la situación epidemiológica, las previsiones sobre la tercera ola de la covid-19 en Castilla-La Mancha y las medidas adoptadas para su contención.
Camacho ha recordado que, en la actualidad, se han aprobado para su uso las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca y Oxford, aunque únicamente se han recibido dosis de las dos primeras. Ha detallado que, a fecha de 4 de febrero de 2021, en la región se han recibido un total de 101.655 dosis, se han administrado 98.940 y 28.597 personas tienen ya la pauta completa de Pfizer.
Sin embrago, ha incidido en que, “debido a causas ajenas”, la estimación inicial de disponibilidad de dosis se va a reducir a lo largo de tres semanas no consecutivas, con un total de 2.535 viales menos de la vacuna de Pfizer, lo que supone alrededor de 15.000 dosis menos de las previstas, hecho que, como ha apuntado, ha obligado a “realizar ajustes”.
No obstante, ha añadido que el plan contemplaba mantener “un stock de seguridad” para poder responder ante posibles contingencias, por lo que “se ha mantenido un ritmo fluido de vacunación (…), lo suficiente como para no paralizar el plan de vacunación en ningún momento”.
Cuello de botella
El director general de Salud Pública ha hecho hincapié en que, según cifras del Ministerio de Sanidad a fecha de 3 de febrero, Castilla-La Mancha ha administrado el 87,6 % de las dosis recibidas y ha remarcado que el “cuello de botella” sigue siendo la disponibilidad de vacunas.
Camacho ha explicado que “en las próximas semanas”, de acuerdo a la llegada de dosis y a la estrategia nacional, se procederá a la vacunación de los grupos 3 y 4 de la primera etapa, es decir, personal sanitario y sociosanitario “segunda línea” y grandes dependientes, respectivamente.
Además, ha recalcado que, de acuerdo a lo establecido en los últimos consensos de ámbito nacional, “existe el compromiso de iniciar lo antes posible e incluso solapar con los grupos 3 y 4 de la etapa uno, a lo que se denomina ya el grupo 5, el formado por las personas mayores de 80 años, en consideración a su especial vulnerabilidad”.
“Habiendo dosis de vacunas, la idea es solapar de la manera más sensata y fluida posible la vacunación de estos tres grupos, priorizando en aquellos más vulnerables”, ha enfatizado el director general.
Y ha concluido: “Si las circunstancias lo permiten y disponemos del número de dosis suficiente, nuestra capacidad logística, de recursos humanos y de estructura es suficiente para haber vacunado a un 70 % de la población de Castilla-La Mancha en este verano”.
"Lento pero continuado" descenso de casos
El director general de Salud Pública también ha señalado que ha comenzado a producirse un descenso “lento, aunque continuado” de casos de covid-19 en Castilla-La Mancha, una tendencia a la baja que parece que se consolida esta semana pero que ha valorado “con prudencia” porque los datos son "sumamente provisionales”.
Camacho ha asegurado que esta tercera ola ha golpeado nuevamente “con mucha dureza” a la región, donde se ha producido una “evolución muy rápida” en el incremento de casos.
Ha pasado de “un valle” entre la última semana de noviembre y la primera de diciembre, con una incidencia acumulada de 150 casos por cien mil habitantes en siete días, a una aceleración “desproporcionada” en la última semana de 2020 y la primera de 2021 hasta alcanzar, en la segunda semana de enero, una incidencia de 765 casos por cien mil habitantes.
La estimación para la cuarta semana epidemiológica -cuyos datos se conocerán este viernes- es de entre 400 y 430 casos por cien mil habitantes, una tendencia al descenso que parece que se consolida en la semana en curso.
Camacho ha dicho que las causas de esta tercera ola están relacionadas con el aumento de la movilidad, la concentración de personas y el incremento de las celebraciones públicas y privadas en el puente de diciembre y en Navidad, lo que ha obligado a aumentar las restricciones con medidas de nivel 3 reforzado, que hacen hincapié “en aquellas actividades que parecen comportar un mayor riesgo de transmisión”.
Ha defendido que en la lucha contra el coronavirus se han tratado de adecuar las medidas para que supongan “el menor impacto posible sobre el conjunto de la sociedad y su actividad” y ha reconocido la “dureza” de las mismas, pero también su necesidad para contener la infección y, en este sentido, ha afirmado que “están funcionando”.
Ha opinado que la actitud de la Consejería de Sanidad está siendo “coherente” y sigue “los mismos principios” desde el inicio de la crisis sanitaria: prevención, conocimiento precoz del estado epidémico, rastreo y seguimiento y aplicación de medidas de control basadas en el conocimiento científico actualizado.
Además, respecto a las nuevas cepas del virus, ha indicado que Castilla-la Mancha participa en un estudio nacional sobre detección y secuenciación y que “en breve” el Gobierno regional tiene la intención de adquirir secuenciadores.
Presión hospitalaria
De su lado, Ballesteros ha repasado las cifras en atención hospitalaria y ha reparado en que, según datos oficiales a fecha de 3 de febrero, mejoran en hospitalización convencional y se mantienen en críticos.
Así, de los 3.357 pacientes ingresados en cama convencional, 1.438 lo están por covid-19 y 1.919 por otras patologías y 279 se encuentran en unidades de críticos, 237 de ellos con coronavirus y 42 sin patología covid.
En este punto, ha recalcado que el sistema está “muy tensionado, pero no saturado”.
Ha hecho hincapié en que desde el inicio de la pandemia se ha trabajado en los planes de contingencia con el fin de afrontar la crisis “lo suficientemente armados” y ha detallado que el sistema se ha dotado de 5.257 camas de hospitalización, 462 puestos de críticos con respirador -cuando en los cuatro años y medio previos a la pandemia nunca se necesitaron más de 167- y más de 50 Unidades de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI).
Ha añadido que 2020 cerró con 4.038 camas operativas, 290 más de las utilizadas cualquier día de 2014 y que en once meses se ha dotado al Sescam de más de 400 respiradores, con una inversión de cinco millones euros.
También se ha puesto a disposición de todas las áreas el aparataje necesario para el diagnóstico de las pruebas PCR y se han invertido más de cuatro millones de euros en tecnología radiológica, que han permitido la adquisición de seis TAC, siete salas de radiología digital y 21 equipos de radiología portátil.
Asimismo, ha concretado que “el ritmo de crucero” de los 131 quirófanos de la región antes de la pandemia era de 500 intervenciones programadas diarias de media y que en esta tercera ola se han visto reducidas hasta llegar, en las últimas dos semanas, a una media de 270 diarias.
Grupos parlamentarios
Por parte de los grupos parlamentarios, la diputada de Ciudadanos Úrsula López ha afirmado que Castilla-La Mancha está superando “y mucho” la ocupación habitual en UCI, donde el personal está preparado para atender a 120 personas y está asistiendo a 279, de manera que, aunque haya camas disponibles, ha reiterado que está “muy por encima” de lo que los profesionales pueden atender con seguridad.
A su vez, el parlamentario del PP Juan Antonio Moreno Moya ha explicado que su grupo solicitó la comparecencia del consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, no la de los directores generales, por lo que ha transmitido su queja a la Presidencia de las Cortes, al tiempo que ha abogado por realizar test masivos y ha criticado que no se utilice el nuevo Hospital Universitario de Toledo para hacer frente a la pandemia.
Por el contrario, el diputado del PSOE José Antonio Contreras ha destacado que el Gobierno regional "no escatima en recursos" y que Castilla-La Mancha es una de las regiones que más esfuerzo económico está realizando para luchar contra la covid-19 y que más rastreos realiza.