El Gobierno de Castilla-La Mancha reconoce, aunque sea implícitamente, que el repentino y brusco acelerón que han pegado a la desescalada en la región ha provocado desconcierto entre buena parte de la ciudadanía castellano-manchega. "Pueden parecer vaivenes pero no lo son. Es acomodar las medidas a la realidad epidemiológica", ha explicado este miércoles la portavoz de la Junta, Blanca Fernández, durante una comparecencia en el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede de la Presidencia.
Fernández ha salido a la palestra para explicar el nuevo catálogo de restricciones anticovid vigente desde este miércoles en Castilla-La Mancha, bastante más permisivo que el anterior sobre todo en el ámbito de la hostelería, que a partir de ahora podrá seguir trabajando con cierta normalidad salvo en situaciones muy excepcionales de descontrol del virus.
Pero, más allá de las novedades introducidas, lo que ha generado mayor sorpresa entre los castellano-manchegos es que de los más de 60 municipios de la región que este martes estaban en los niveles 3 y 3 reforzado de restricciones,solo queden nueve de ellos un día después.El resto han desaparecido de un plumazo de los escalones más altos de medidas anticovid, incluyendo Toledo capital, que solo ha permanecido 24 horas en nivel 3.
La portavoz del Gobierno regional ha explicado que la decisión tiene que ver con que "anteriormenteel sistema de alerta lo daba básicamente la incidencia acumulada" pero que "hoy el criterio no es solo ese porque la vacunación incide directamente en las hospitalizaciones, en las UCI y en la mortalidad". De hecho, Fernández ha asegurado que, pese a que temían "una cuarta ola dura" tras la Semana Santa, dichos indicativos de vigilancia epidemiológica "no tienen nada que ver con los de la tercera ola navideña y no son tan negativos" como pronosticaban.
"Pecamos de prudentes en un principio pero hemos visto, con los datos en la mano, que podíamos relajar ligeramente las medidas, siempre dentro de la responsabilidad y de la prudencia. Pueden parecer vaivenes pero no lo son. Es acomodar las medidas a la realidad epidemiológica y eso hace que tengamos que variar la fórmula", ha añadido Blanca Fernández, recordando que la decisión de abrir la mano se tomó el pasado domingo durante una reunión entre el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
Castilla-La Mancha no ofrece a diario los datos actualizados de la incidencia del virus y demás indicadores epidemiológicos en cada municipio de la región, algo que sí hacenotras comunidades. Únicamente se publica cada siete díasel acumulado de contagios referente a las dos semanas epidemiológicas anteriores, con un decalaje temporal de varias jornadas que limita su utilidad a la hora de analizar la situación real de cada uno de los pueblos y ciudades.
Cómo queda la situación
Tras la publicación en el Documento Oficial de Castilla-La Mancha de la nueva instrucción de la Dirección General de Salud Pública para la contención del coronavirus,la inmensa mayoría de municipios de la región cuentan desde este miércoles con medidas especiales nivel 2, exceptuando nueve localidades. Así, sietemunicipios tienen medidas especiales nivel 3 (Socuéllamos, en la provincia de Ciudad Real, Guadalajara capital, Alovera, Azuqueca de Henares y Cabanillas del Campo en la provincia de Guadalajara y Fuensalida y Mora, en la provincia de Toledo) ydos municipios más se encuentran nivel 3 reforzado (Santa Cruz de Mudela y Valdepeñas, ambas de Ciudad Real).
Con la nueva instrucción, curiosamente, el nivel 1 de medidas especiales queda de facto desactivado, puesto que el nuevo nivel 2 ya es tan laxo como el escalón inferior. Así, se puede interpretar que los municipios de Castilla-La Mancha en nivel 2 se encuentran en situación de "nueva normalidad" y los que experimenten un repunte en los indicadores epidemiológicos pasarán a nivel 3 o nivel 3 reforzado.
La restricciones en los distintos niveles quedan como sigue: