Empresarios y trabajadores castellano-manchegos del sector del ocio y los espectáculos ponen en marcha un calendario de protestas y huelgas de hambre en toda España para forzar la negociación con el Ejecutivo regional. Reclaman la reapertura inmediata del sector y ayudas económicas, según ha informado la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y de espectáculos, España de Noche, en un comunicado.
En concreto, el sector pide que, a falta de 10 días para que se cumplan 18 meses (550 días) sin prácticamente actividad en el sector, y una vez alcanzado el objetivo del 70% de la población total de España con la pauta completa de vacunación, la "apertura inmediata" de las empresas del sector. También, la “necesaria” puesta en marcha de diferentes mesas negociadoras en las regiones que permitan planificar la reapertura de sus locales.
España de Noche y las diferentes organizaciones del sector del ocio y los espectáculos “han decidido activar toda una batería de movilizaciones”, que empieza con la huelga de hambre que va a iniciar en Barcelona ante el Palau de la Generalitat el colectivo Som Oci Nocturn. El objetivo es mostrar el hartazgo del sector ante la falta de respuestas y de medidas económicas de las Administraciones, “ante una situación sin precedentes que mantiene abandonado a uno de los sectores más importantes para la imagen de marca del país”.
Recuperación del sector
El sector reclama reuniones bilaterales en cada región que permitan desbloquear la interlocución política y el calendario de reuniones, dirigido a planificar el proceso de reapertura de los locales con, al menos, 15 días de anticipación. También, con totales garantías para asegurar la recuperación de los empleos que siguen en ERTE, así como para planificar las necesarias campañas de marketing o de programación de actividades y de la oferta de servicios.
Además, consideran "imprescindible" reclamar al Gobierno central que de forma coordinada con las comunidades active un Plan de Rescate económico para estas empresas que acumulan pérdidas que van desde los 200.000 euros a los 550.000 euros. Explican que ya han agotado las vías de financiación a través de los ICO y no tienen más margen de resistencia en estos momentos, tras una caída de la facturación de más de 15.000 millones de euros en los últimos 18 meses.