El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha avisado de que los demócratas en España "no están dispuestos a heredar la propaganda de Bildu", del mismo modo que en el pasado tuvieron que "sufrir la de ETA". Durante un acto público desde el Salón Gourmet que se celebra en el recinto ferial IFEMA de Madrid, García-Page ha señalado además en el décimo aniversario del fin de la violencia de ETA y en plena negociación de los Presupuestos Generales del Estado que sería "inmoral" hacer un planteamiento como el de cambiar esas cuentas por presos terroristas.
"Quien hace un planteamiento tan inmoral está explicando por qué no tuvo ningún problema en convivir con la violencia", ha dicho en alusión a Arnaldo Otegi, aunque sin citarlo, que este lunes relacionó la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado con la situación de los presos de ETA en un acto ante un grupo de militantes.
Este miércoles, ha dicho, se celebra "el final de los pasamontañas", una efeméride ante la que ha pedido no tener "olvido ni desmemoria" y ha rechazado tener que "reescribir" la historia.
“Abandonaron porque perdieron”
Lo que toca celebrar no es que ETA "abandonara la lucha armada y la violencia", ya que "no fue así", ha considerado el titular del Ejecutivo castellanomanchego, que ha defendido que lo que ocurrió fue que los terroristas "no tuvieron más remedio que abandonar porque perdieron".
"No fue un acto de voluntad, fue una derrota. Y no fue una victoria de un presidente, un ministro o un policía, sino de un enorme esfuerzo colectivo de una sociedad que tuvo moral para aguantar y gallardía, coraje y determinación", ha abundado.
De igual modo, García-Page ha recordado que hace una década "no hubo ni un resquicio de ambigüedad ni escapatoria" en lo que fue "una victoria larga pero evidente".
"Puedo entender que se diga lo que se quiera. Me ofende, me resulta un insulto a la dignidad de las víctimas y a la moral de un país que los herederos de la banda terrorista puedan estar planteando un intercambio de presos por dinero. Es tan inmoral que por sí mismo este comentario explica cómo pudieron convivir con la violencia", ha insistido.
Tras recordar a las víctimas, ha celebrado que ahora se pueda ir a disfrutar de un restaurante vasco “sin miedo a un tiro en la nuca como le pasó a Gregorio Ordóñez".