A un año y medio vista, las elecciones autonómicas de mayo de 2023 pueden estar más abiertas de lo que pudiera parecer en Castilla-La Mancha. Siempre hay un plus de incertidumbre en cualquier convocatoria electoral, pero el pulso entre el actual presidente socialista de la Junta, Emiliano García-Page, y el aspirante del Partido Popular, Paco Núñez, tiene un factor añadido que es muy obvio y puede romper todos los planes: la irrupción de Vox.
El PSOE de Page se ve con mucha fuerza y un candidato con una gran solidez, perfectamente mimetizado con la sociedad castellano-manchega, aunque la suma del PP y Vox puede ser un problema para las aspiraciones socialistas de revalidar el poder regional a través de una nueva mayoría absoluta.
Son varias las encuestas que lo dejan todo en el aire, pero el equipo de Paco Núñez exhibe un último sondeo de NC Report, encargado por el propio PP y entregado el pasado 11 de octubre, según el cual el PSOE tendría muy comprometida su victoria y altamente complicada la hipótesis de la reelección.
Este sondeo, según confirman a El Digital CLM-El Español fuentes populares, atribuye un empate a 15 escaños entre el PSOE y el PP sobre los 33 diputados autonómicos de las Cortes de Castilla-La Mancha. Los tres restantes serían para Vox, lo que supone la desaparición de los cuatro escaños de Ciudadanos y la pérdida de la mayoría absoluta de la que ahora disponen los socialistas de Page.
Las encuestas que maneja el PSOE van en otra dirección más favorable a sus intereses, pero en todo caso parece incuestionable que la fuerza con la que Vox va a llegar al Parlamento de Castilla-La Mancha puede poner patas arriba el escenario político regional. La encuesta del PP indica que Vox obtendría sus tres diputados en las provincias de Guadalajara, Toledo y Albacete.
La “marca” de partido
La llave del próximo gobierno regional podría, por tanto, quedar en manos del partido de Santiago Abascal, con la curiosa circunstancia de que Vox obtendría un resultado decisivo sin tener un candidato visible a la Presidencia de la Junta, sin una estructura regional de partido consolidada, y sin una organización interna que los ciudadanos de la comunidad sientan cercana y presente. El resultado que hoy en día concede a Vox esta palpable fortaleza vendría dado por la “marca de partido” y por la figura del propio Abascal como líder nacional, algo que diversos dirigentes de esta formación en Castilla-La Mancha consideran ilusionante y positivo. El “candidato invisible” podría llevarse al gato de la Junta al agua de Paco Núñez.
“Si ya somos decisivos sin tener siquiera un candidato, cuando lo tengamos nuestra fuerza será aún mayor”, explican fuentes autonómicas de Vox, convencidos de que el relevo en la Presidencia de la Junta pasa necesariamente por el partido de Abascal. “Las encuestas siempre nos dan por debajo de los resultados reales que luego conseguimos, y eso también se va a producir en Castilla-La Mancha”, añaden.
Atención a Inés Cañizares
Dos nombres suenan con insistencia como posibles candidatos de Vox a la Presidencia de Castilla-La Mancha. El primero de ellos, y más probable, es el de la diputada nacional por Toledo Inés Cañizares, una mujer con gran empuje que muchos en este partido ven como una líder sobresaliente para tomar las riendas de un partido que ahora mismo carece de estructura y liderazgo regional. El otro nombre propio que aparece en las conversaciones internas es el del secretario general del partido, Javier Ortega Smith, que el pasado verano se casó en Toledo por sus vinculaciones familiares con la ciudad y cuya opción se observa en estos momentos con mayor distanciamiento.
Es altamente improbable, en todo caso, que el candidato de 2019, el catalán afincado en Toledo Daniel Arias, pueda repetir como cabeza de cartel, ya que, aunque se valora su trabajo interno, no tiene el perfil que Vox está buscando ahora mismo ni la “pegada” electoral necesaria. La apuesta de Inés Cañizares es la más clara en este sentido, a mucha distancia de otros nombres como el del diputado talaverano Manuel Mariscal o el también parlamentario ciudadrealeño Ricardo Chamorro, ambos con gran actividad política y parlamentaria.
De hecho, Vox tiene previsto nombrar próximamente a un portavoz regional del partido, responsabilidad ahora inexistente, y todo apunta a que este cargo recaerá en la propia Cañizares, cuyo papel en el Congreso de los Diputados está muy bien valorado por la dirección nacional de Vox. La nueva portavoz, si es que finalmente es la elegida, tendrá la misión de poner imagen y voz al partido de Abascal en Castilla-La Mancha y crear una organización autonómica más allá de la estructura provincial que ahora existe en Vox. Y todo con vistas a las elecciones de 2023.
PSOE y PP a la expectativa
Las dos fuerzas mayoritarias en Castilla-La Mancha miran de reojo a Vox y están a la expectativa de sus próximos movimientos. Saben que llega con fuerza y se preparan para sus acometidas políticas. El PSOE tiene claro que se trata de un “enemigo político evidente”, pero en el PP tendrán que jugar con la condescendencia hacia un partido con el que, si llega el caso, tendrán que entenderse para gobernar.
Los populares creen que será muy complicado para Page repetir una nueva mayoría absoluta y ahí encuentran una oportunidad para llevar a Núñez al Palacio de Fuensalida. Se agarran, en este sentido, a las diversas encuestas publicadas en los medios nacionales y a la popularidad que Paco Núñez tiene ya frente a Page: un 91 por ciento frente al 98 por ciento del que goza el actual líder socialista y presidente de la Junta, una distancia “muy corta” que el PP va a intentar seguir reduciendo con el despliegue de una intensa agenda política por toda la comunidad autónoma. Según la citada encuesta de NC Report, Page obtiene una valoración ciudadana de un 5,1 frente a un 5,0 de Núñez, datos que en el PP ven con esperanza.