Los jóvenes de Castilla-La Mancha no dan el paso de emanciparse, porque no quieren o porque no pueden, hasta que cumplen 30 años. Es el titular que, a grandes rasgos y con algunas excepciones, puede obtenerse del último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, con datos del primer trimestre de 2021.
Mientras que solo el 10,9 % de castellano-manchegos de entre 16 y 29 años vive de forma autónoma, ese porcentaje se dispara hasta el 72,8 % en el tramo de edad de entre 30 y 34 años, cinco puntos y medio por encima de la media nacional.
La cifra de jóvenes de Castilla-La Mancha menores de 30 años que se han emancipado es la menor de toda España y la más baja del siglo. La caída semestral ha sido de 1,5 puntos.
Según este documento, contrariamente a lo que ocurre en otras zonas de España donde el mercado inmobiliario está mucho más tensionado, el precio de la vivienda no es el principal problema con el que los castellano-manchegos se enfrentan a la hora de abandonar el domicilio de sus progenitores.
Temporalidad y paro
De hecho, el estudio enfatiza que un joven castellano-manchego debería destinar el 29,7 % de su salario al pago de la hipoteca para independizarse. Sin embargo, recuerda que los requisitos exigidos por las entidades bancarias para conceder un préstamo hipotecario son "poco realistas", en un panorama laboral marcado por la temporalidad (59,0 %) y la elevada tasa de paro (32,4 %).
Ante esta coyuntura, el informe determina que no sorprende que muchos jóvenes procedentes de Castilla-La Mancha establezcan su residencia en otros puntos de España. El 11,8 % de los castellano-manchegos de entre 16 y 29 años y el 23,2 % de los que tienen entre los 30 y 34 años emigraron a otras comunidades autónomas.