La despoblación no es un fenómeno exclusivo de lo que se ha llamado la España vacía o vaciada, sino algo más extendido que afecta a numerosas áreas de todo el país, como demuestra el hecho de que 5.024 municipios de absolutamente todas las provincias han perdido habitantes desde que comenzó el siglo.
En Castilla-La Mancha, 673 localidades han visto reducida su población en 92.543 habitantes, en 69 ocasiones, 29 en Cuenca y 40 en Guadalajara, por encima del 50 %, con récords negativos en la conquense Arandilla del Arroyo (-82,05 %), y la guadalajareña Angón (-80,49 %).
Por provincias
Por provincias, en Albacete han sido 65 municipios con 15.593 vecinos menos; Ciudad Real, 80 y 28.247; Cuenca, 215, nueve de cada 10, y 22.909; Guadalajara, 215 y 9.045, mientras 25 municipios han duplicado al menos su población, el que más Yebes, que ha crecido un 2.659,52 %; y Toledo, 98 y 16.749.
En Toledo está el que desde hace años es el municipio más pequeño de toda España, Illán de Vacas, con solo tres habitantes oficialmente, dos menos que en 2001.