Los próximos días las lluvias dominarán amplias zonas del país, con mayor intensidad en el área mediterránea y en el sur peninsular, como consecuencia del paso de la borrasca Celia, que hoy ha activado durante unas horas el aviso rojo (riesgo extremo) por lluvias de hasta 120 litros por metro cuadrado en Málaga. En Castilla-La Mancha, la previsión es que este viernes se produzca lluvia de barro en algunos puntos.
La borrasca Celia, nombrada por el servicio meteorológico portugués, es la tercera de una temporada en la que muy pocas han generado el suficiente impacto como para tener nombre, ha explicado Rubén del Campo, portavoz de AEMET, para detallar que el año pasado, a estas alturas, "ya se habían contabilizado once borrascas".
Este lunes, además de las intensas lluvias en Málaga, las precipitaciones se extenderán de sur a norte atravesando Andalucía, este de Extremadura, oeste de Castilla-La Mancha, sur de Castilla y León y norte y oeste de la Comunidad de Madrid; en el entorno del sistema central podrían acumularse más de 40 litros por metro cuadrado en doce horas.
Otro fenómeno a destacar a lo largo de esta jornada será el viento, que soplara con fuerza en zonas costeras, este peninsular y Baleares con rachas que podrían alcanzar los 70 u 80 kilómetros por hora, provocando un temporal marítimo en el Mediterráneo con olas entre los 3 y 4 metros.
Además, el viento transportará polvo en suspensión del desierto del Sáhara, por lo que las lluvias estarán acompañadas de barro en muchas ocasiones.
Mañana "Celia" se situará frente a las costas de Marruecos y, desde esa posición, seguirá impulsando vientos del sureste a la península, más intensos en Baleares, en el litoral mediterráneo peninsular (donde se prevé de nuevo temporal marítimo) y en el Cantábrico oriental.
El portavoz de Aemet ha observado que los vientos continuarán transportando "polvo en suspensión", lo que reducirá la visibilidad dando lugar a calima y a un empeoramiento de la calidad del aire.
El martes "lloverá barro" en Andalucía, sur de Extremadura y de Castilla-La Mancha, con posibilidad de alguna tormenta, y con menor probabilidad en zonas de montaña del centro y norte peninsular, ha señalado Del Campo, quien detalla que, en cualquier caso, las lluvias serán menos abundantes y más dispersas que las del lunes.
Ese día la cota de nieve estará en torno a los 1.500 metros y "las temperaturas subirán de forma notable en general, y de forma extraordinaria en la meseta norte", donde los valores se situarán entre 10 o 12 grados superiores a los del lunes.
Así, en ciudades como Valladolid o León superarán los 20 grados y a orillas del Cantábrico se llegarán a superar los 23 grados, como en Bilbao, mientras que en el sur, con cielos cubiertos y lluvia, no se pasará de los 14 o 16 grados en ciudades como Córdoba o Sevilla.
El miércoles la borrasca se desplazará hacia el sur de la península y, aunque, ya estará debilitada, condicionará el tiempo en la fachada mediterránea, con fuertes o persistentes lluvias en el sur de la Comunidad Valenciana, en la Región de Murcia, sureste de Castilla-La Mancha y Andalucía oriental.
De forma más débil, en el centro de la comunidad valenciana, sur de Cataluña, valle del Ebro y zona centro, y como consecuencia del polvo en suspensión, muchas de las precipitaciones continuarán siendo en forma de barro; en el Cantábrico, la cota de nieve se situará en torno a los 1.400 metros con vientos que soplaran con intensidad en la fachada oriental peninsular, Baleares y Galicia.
A partir del jueves, la borrasca se desplazará hacia el este y junto con un anticiclón sobre las Islas Británicas favorecerá vientos del norte o nordeste y lluvias en el Cantábrico y Pirineos y en el entorno de la Comunidad Valenciana, Baleares y zonas próximas, donde podrían ser de nuevo fuertes.