La consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, ha reseñado este miércoles que si la Comunidad Autónoma se encuentra una situación como la que tiene actualmente, en la que todos sus facultativos están acogidos a la objeción de conciencia a la hora de practicar abortos, el Ejecutivo autonómico debe dar un servicio público "de calidad, con seguridad y con intimidad" y eso, en este ámbito, "pasa por concertar el servicio".
"Tampoco nos escandalicemos, hay que conciliar todos los derechos e intentar hacerlo bien, huyendo de las demagogias a ser posible", ha comentado Fernández a preguntas de los medios durante la rueda de prensa que ha dado para informar sobre los acuerdos del Consejo de Gobierno de esta semana.
Ha recordado que en el caso de Castilla-La Mancha, las interrupciones voluntarias del embarazo, salvo situaciones de riesgo, "normalmente se practican en clínicas privadas", y ha incidido en la importancia de que la futura norma va a "traer claridad sobre la objeción de conciencia", y va a aportar seguridad a los pacientes. Igualmente, considera necesario que las mujeres que se ven abocadas a tomar esa decisión "tengan asegurada la intimidad", dando la "bienvenida" a la iniciativa legislativa para "que sea punible el acoso a mujeres que van a interrumpir su embarazo", porque eso "da tranquilidad".
Cospedal y Villarejo
Por otro lado, Fernández se ha preguntado este miércoles "cuánto tiempo más va a aguantar el líder del PP de Castilla-La Mancha sin decir 'esta boca es mía' ante un asunto tan escandalosísimo" como el de los audios de la ex presidenta autonómica, María Dolores de Cospedal, con el comisario José Manuel Villarejo.
A preguntas de los medios, Fernández ha asumido que Núñez "sigue siendo Cospedal" mientras "no condene las actuaciones de Cospedal" que --ha recordado-- fue "madrina política" del dirigente del PP y "quien le colocó donde está".
"A mí me parece ensordecedor el silencio de Paco Núñez", ha continuado la portavoz regional, que ha considerado que debería condenar unos hechos "tan graves" como que "durante años Cospedal y desde el Ministerio que ostentaba se utilizara a las administraciones públicas para espiar a quien les convenía a ellos y para hacer desaparecer pruebas de delitos".
A juicio de Fernández, Núñez "tiene que tener posición y tiene que condenar unos hechos que son claramente condenables, aquí no valen medias tintas ni ponerse de perfil y aquí Núñez se pone de perfil, Núñez se calla y con ese silencio nos está diciendo que no condena este tipo de actuaciones, el espionaje, que además se pagó supuestamente con el dinero público".