El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha pronunciado este miércoles sobre su relación con el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Tras reconocer “con franqueza” que no ha decidido todavía si se presentará a revalidar la Presidencia regional, ha indicado que en el PSOE es Pedro Sánchez el que manda. “Los demás estamos de monaguillos”.
A preguntas de los asistentes a un desayuno informativo de Encastillalamancha.es, ha bromeado con que quizás en Ferraz no le dejan presentarse. “Habrá que preguntar. Muchos en Madrid dicen que soy un socialista atípico y es mentira. Yo soy un socialista típico. A lo mejor, lo que es atípico es lo otro”.
En este sentido, Europa Press reproduce que García-Page ha reconocido que no tiene “ninguna ambición nacional”, recalcando su obligación de pronunciarse cuando algo no le gusta, aunque sean decisiones del Gobierno de su propio partido. “Me he criado en un ámbito político donde se puede hablar y opinar. Ninguno de los de Madrid ha llegado tan lejos sin criticar antes”.
PP y Vox
En otro sentido, el líder regional ha lamentado que el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, “no dude en avanzar que gobernará con Vox si se presenta la ocasión”. Aquí, ha indicado que otros líderes de su partido como Juanma Moreno en Andalucía o el presidente nacional Alberto Núñez Feijóo hacen lo posible por evitarlo.
También, García Page ha hecho referencia a la encuesta publicada la pasada semana por el PP, que apuntaba una posible mayoría conformada por PP y Vox, desacreditando a la empresa que la confeccionó y recordando que en las últimas elecciones otorgó a los socialistas cinco parlamentarios menos de los que acabó obteniendo.
"Yo quiero ganar con el máximo posible, pero es verdad que hay riesgo y puede haber un Gobierno PP-Vox. El que lo niegue, miente. Hay que jugar con todas las cartas. Feijóo hará lo posible por no pactar con Vox y Moreno Bonilla está todo el día escaqueándose".
Por último, ha cuestionado “cómo será la confianza” del PP castellano-manchego en sus propias posibilidades cuando “no han dudado en llamar a la puerta de Vox para decir que van juntos, sin saber si se presentan a las elecciones. Refleja un problema de fondo”.