La Asociación de Trabajos Aéreos y de Emergencias (ATAIRE) agrupa a más del 80% de las empresas del sector dedicadas a la extinción de incendios desde aviones y helicópteros además de otros trabajos de emergencias como los rescates.
Los trabajos de los pilotos, de una forma rápida y profesional, hace que la inmensa mayoría de los conatos que se producen diariamente se apaguen con rapidez sin que lleguen a convertirse en grandes incendios y sin que ni siquiera, lleguen a ser noticia.
Pese a ello, en las últimas décadas, el cambio climático está trayendo mayores temperaturas y una mayor sequedad de los bosques, por lo que el fuego puede convertirse con rapidez en un gran incendio como los que estamos viviendo en las últimas semanas por todo el país y que ya han calcinado miles de hectáreas.
Olas de calor tan severas como las que estamos viviendo estos días, serán aún más normales en el futuro según todos los estudios de calentamiento global. Por ese motivo nuestros bosques serán más vulnerables y padecerán mucho más el estrés hídrico, provocando mayor sequedad de la cubierta vegetal. Esto ayudará al fuego a avanzar mucho más rápidamente, alimentado a su vez por el calor y la sequedad del aire.
Para Ignacio Gracia, presidente de ATAIRE e ingeniero forestal: “Es importante seguir preparándose para estas nuevas condiciones meteorológicas que ponen contra las cuerdas nuestro patrimonio natural. Las campañas de incendios deben comenzar antes, puesto que las primaveras y los otoños han desaparecido al ser absorbidos por veranos más largos e intensos. Por suerte, en nuestro país contamos con pilotos, técnicos de mantenimiento y empresas de extinción con gran experiencia y reconocidas en todo el mundo y eso, junto a otros muchos profesionales y distintos cuerpos, hace que más pronto o más tarde los incendios acaben apagados. Además, queremos mostrar nuestro sinceramente pésame por el piloto fallecido en Portugal que era un excelente profesional”.
Los pilotos y mecánicos que operan en las empresas españolas de extinción son de los mejores del mundo, y la experiencia con la que cuentan, los hace convertirse en especialistas de altísimo nivel y pericia que, con riesgo y en situaciones complejas, siempre acaban con las llamas. Son demandados por otros países e incluso llegan a trabajar en el verano del hemisferio sur mientras nosotros pasamos el invierno. Pero estos especialistas de incendios es una “especie” en extinción, ya que la temporalidad del servicio hace que no se produzcan incorporaciones y que el relevo generacional no esté garantizado.
Es importante incidir en que la mejor forma de evitar incendios es actuando con prevención, pedagogía y precaución. Los estudios apuntan a que más del 90% de los incendios que se producen en España son provocados por la mano del hombre, bien sea por negligencias o de forma intencionada. Sólo un pequeño porcentaje, en torno al 3%, son originados por causas naturales como los rayos, por lo que es básico ahondar en las tareas previas para evitarlos, como no hacer barbacoas cuando exista prohibición o no utilizar maquinaria que pueda originar chispas.
Algunas de las situaciones de más riesgo para las viviendas ocurren cuando se entremezclan con la vegetación. Respetar la interfaz urbano-forestal es básico para evitar que el fuego pueda llegar a las casas o bien, que desde las casas no se propaguen a los bosques. Mantener limpia de vegetación una franja alrededor de las casas puede evitar pérdidas mayores y además ayuda a contener el fuego.
ATAIRE
La asociación ATAIRE representa a más del 80 % de las empresas que conforman el sector de los helicópteros y los trabajos aéreos por número de aeronaves, facturación y empleados. Fomenta los intereses de las operadoras de helicópteros y de las empresas de trabajos aéreos con vocación de servicio público. Sus trabajos principales son la lucha contra los incendios forestales, prestando también servicios sanitarios de emergencias, rescate marítimo y de montaña, unas labores de vital importancia para la sociedad.
Desde ATAIRE se organizan todos los años jornadas de extinción de incendios forestales con hidroaviones y helicópteros, que efectúan descargas de agua ante escolares y público general, como forma de concienciación y educación ambiental.