El jinete Félix Gómez González, vive en Añover del Tajo y es avicultor de profesión, admite que los caballos son un pilar fundamental en su vida, pues gracias a ellos ha recuperado las ganas de vivir. Con 49 años, una mujer y dos hijos, el toledano sufrió un accidente que le dejó parapléjico. Esa personalidad tan activa y emprendedora fue opacada por el trágico suceso. En un abrir y cerrar de ojos, su vida había cambiado por completo. Ahora el futuro estaba en sus manos y tenía que afrontar los nuevos retos que le había deparado el destino.
A sus 56 años, Félix ha conseguido ser campeón de España en la disciplina de 'Doma Paraecuestre'. "Me pueden las ganas de superación, de seguir compitiendo para alcanzar mis objetivos", añade con ilusión. A día de hoy, a un mes del Campeonato Mundial, ya sueña con participar en las Olimpiadas de París de 2024, una meta en la que cree que podría obtener buenos resultados.
PREGUNTA- ¿A qué se dedicaba antes del accidente? ¿Exactamente cuál era su profesión?
RESPUESTA- Yo me dedico a la avicultura y por tanto tengo gallinas, y un molino de pienso para darles de comer. Antes me dedicaba plenamente a mi negocio, y tenía como hobbie disfrutar de los caballos. A veces, hacía de juez de carreras de galgos y también estaba muy interesado en el mundo de caballos. De hecho, tenía uno en propiedad, mi querido Faraco, que ya montaba en él antes del accidente.
P- ¿Cómo ocurrió el accidente?
R- Pues fue un accidente laboral. En 2015, hubo aquí, en Añover de Tajo, un tornado que se llevó por delante un montón de infraestructuras. Precisamente destrozó gran parte del molino que uso para dar de comer a las gallinas. El tornado arrancó dos chapas de uralita. Y yo subí a arreglar ese destrozo. En ese momento, tuve la mala fortuna de que se me partió una chapa y caí al suelo. Concretamente a 6 metros de altura. Estuve un buen rato inconsciente, y cuando me desperté tenía a todos mis trabajadores alrededor intentando ayudarme.
P- ¿En qué momento se enteró de que se había quedado parapléjico? ¿Le dieron alguna esperanza?
R-Los médicos me dijeron que me había quedado inválido de cintura para abajo. Y desde un primer momento fueron claros, me lo dijeron de manera directa sin ninguna esperanza, vamos. Desde el principio, sabía que no iba a volver andar, sin embargo no era consciente de que no iba a poder a hacer muchas cosas, que hacía antes de sufrir el accidente.
P- ¿Cómo se sintió después de recibir esta dura noticia? ¿Quién estuvo a su lado? ¿Es verdad que no quería seguir hacia delante?
R- Sí, fue un largo proceso. Al principio no quería seguir viviendo. Pero luego, gracias a Dios, tengo un buen amigo, Mario Vallejo, que me ayudó mucho en este proceso. Él tiene la misma pasión por los caballos que yo, y entonces le dije que quería seguir montando. Enseguida se puso manos a la obra para ayudarme. La verdad, es que es una persona que siempre ha estado ahí cuando la he necesitado.
Y por otro lado, también tuve el apoyo incondicional de Crescen, mi mujer. Desde que entré en el hospital hasta ahora, ha sido el pilar más importante de mi vida. Ella es la que está en todo momento y la que afronta todos los problemas. Y por supuesto, no puedo olvidarme de mi familia, en concreto de mis hijos, Borja y Lucas, que me ayudan en todo lo que pueden.
P- Tras el accidente, ¿Cambió mucho su vida? ¿Tuvo que hacer adaptaciones en su casa o en su coche? ¿Puede conducir ahora?
R- Yo tuve la suerte de que antes del accidente ya tenía un coche automático. Por eso, lo adapté y ahora puedo conducir por mí mismo. De hecho, me subo y me bajo del coche, y soy bastante independiente. Dentro de la tragedia, tengo que dar gracias de que tengo brazos y con ellos puedo hacer muchas cosas. Es así, que voy y vengo a mi trabajo sólo, sin necesidad de que nadie me asista.
P- Entrando en el mundo de los caballos, ¿Había montado alguna vez? ¿Cuál fue su primer contacto con uno?
R- Pues, antes del accidente yo ya montaba a caballo, siempre he sentido devoción por estos animales. Sin embargo, primero comencé a interesarme por las carreras de galgos. Ahí fue donde conocí a mi amigo Mario, ya que empezamos siendo jueces de carreras de galgos. Y después, cogimos la afición por los caballos, concretamente por la disciplina de 'Acoso y Derribo', un juego que se hace en pareja y que consiste en derribar un ganado vacuno en una zona acotada. Durante esos años, me dediqué a competir en esta disciplina, donde tenía mi propio caballo, que se llamaba Faraco.
P- Cuando quiso volver a retomar este deporte, ¿Conocía la doma paraecuestre? ¿Quién le habló de esta disciplina?
R- Cuando quise empezar a montar de nuevo con Mario, nos enteramos de que había una disciplina paraecuestre y de que se podía llegar a competir en doma clásica. Entonces, hablamos con la presidenta de la Federación Paraecuestre, Fátima Cao, porque ella es la que lleva el equipo de paraescuestres. Es clasificadora, por eso previamente me hicieron un reconocimiento físico, y nos indicaron en qué grado podía competir. Los grados dependen de la discapacidad que tengas. Yo, por ejemplo, compito en grado II. A raíz de la revisión, y de hablar con ella empecé a competir en concursos de doma adaptada.
P- ¿Y cambió de caballo? ¿Cómo se llama el que monta actualmente?
R- Primero, retomé esta disciplina con el caballo que tenía de cuando empecé a montar: Faraco. Y con él comencé a concursar hasta que murió. Después, conocimos a Merlín, mi caballo actual. La verdad es que tuvimos suerte de encontrarlo gracias a una entrenadora que tuve. Ahora, es con el caballo que estamos ya compitiendo a buen nivel.
P- Veo que se emociona cuando habla de él, ¿Suele hablar con su caballo? ¿Le susurra, como la famosa película basada en la novela El hombre que le susurraba a los caballos?
R- Pues la verdad es que el caballo es buenísimo, no sé si tendrá la cabeza amueblada o no, pero parece que se da cuenta de que soy minusválido, porque me monto en él y tiene unas reacciones extraordinarias. Suelo hablar casi todos los días con él, cuando llego a la cuadra, le digo cosas y parece que me entiende. También, en el momento, que lo voy a soltar me relincha y me llama con gestos cariñosos.
P- ¿Y cómo se organiza para compaginar su vida? ¿Cuántas horas le dedica a esta disciplina a la semana?
R- Tengo la suerte de que en mi trabajo, en la granja, tengo mis pistas y entreno aquí. Y nada, mi entrenador viene aquí a ayudarme, y cuando no hay competición suelo entrenar entre 3 y 4 días a la semana. Sin embargo, ahora mismo que tenemos el mes que viene el Campeonato del Mundo en Dinamarca, estamos entrenando diariamente.
P- ¿Ha subido mucho de peso después del accidente? ¿Resulta difícil con su discapacidad manejar un animal de tantas dimensiones?
R- Previo al accidente yo estaba en 1.7 de estatura y rondaba los 87 kilos. En la actualidad, a raíz de la lesión he subido algún kilo, y estoy por los 90 o así. Sin embargo, tampoco es mucho porque como estoy siempre haciendo ejercicio.
La verdad, es que me resulta sencillo llevar a Merlín, porque tengo a mi lado a un entrenador físico que lo prepara previamente para los ejercicios que luego va a hacer conmigo. Ese mismo preparador, es el que después me ayuda a mí, a montar y a hacer los ejercicios con el caballo. Entonces es fácil manejarlo, porque lo tengo a él que me ayuda en gran parte.
P- ¿Cómo ha adaptado su silla de montar? ¿Lleva un atrezo especial para montar a caballo?
R- La silla que tengo es una silla normal de cualquier jinete, y lo único que hemos hecho es ponerle un asa que es reglamentario. Los elementos que suelo utilizar para que el caballo haga caso a mis órdenes, son dos fustas, que las uso como si fueran mis piernas. También utilizo mi voz, para indicarle cuando tiene que 'arrear' o parar.
P- ¿Es muy caro montar a caballo, en su caso, a nivel competición? ¿Recibe alguna ayuda?
R- La verdad es que es un deporte muy caro. Sí, recibo ayudas por parte de la FEI (Federación Ecuestre Internacional). Así, hay dos tipos de ayudas, están las básicas que no hace falta solicitarlas para que te las concedan, y luego por otro lado, tienes otras más especializadas dependiendo de la persona. Cada persona puede solicitar una ayuda en concreto, ella debe solicitarlo a la FEI, y si la federación ve que se cumplen unos requisitos, te la concederán. Por ejemplo, hay unos reglamentos en los que tu puedes atarte con unos velcros, sin embargo, ellos tienen que tener unas medidas especifícas. Hasta el momento, me han concedido esa ayuda. Me he podido pegar el boto al estribo para que no se moviera el pie. Además, en la montura también tengo un velcro de 3 cm y otro en el pantalón, para ir pegado a la montura.
P- ¿Le gustaría explicarle sus experiencias al presidente de Castilla-La Mancha o al Consejero de Sanidad?
R- Todo lo que pueda ayudarnos bienvenido sea, porque como he dicho es un deporte muy caro que necesita mucha indumentaria.
P- ¿Cree que se debería promocionar la terapia con caballos?
R- Sí claro que habría que promocionarla pero hay pocas hípicas que puedan hacerlo. De todas maneras, la hípica Las cadenas de Cámara de Esteruela tiene caballos y gente especializada para ese tipo de terapia.
P- ¿Cómo le ha cambiado la vida montar a caballo?
R- Realmente me ha cambiado, a nivel de querer seguir viviendo. Porque cuando tienes el accidente, la cabeza te dice que no puedes más. Entonces, debes buscar algo que te motive y te ilusione, y a mí esto es lo que me está haciendo de tener más ganas de vivir. También, todo esto lo he podido lograr, gracias a la gente que he tenido cerca. Por ejemplo, Mario se ha quitado muchas horas de su vida y de su ocio, por venir a entrenar conmigo.
P-¿Por qué decidió continuar con las competiciones?
R- Porque a mí aparte de que me encanta la equitación, lo que más me motiva es el tema de las competiciones. Yo podría montar a caballo simplemente como hobbie, para dar paseos y tal, pero sin embargo para mí competir es algo que me tiene más enganchado. Cada torneo, te hace plantearte unos objetivos y de momento he entrado en el Campeonato del Mundo, que no suele entrar cualquiera. Y además, es la primera vez que entra un equipo paraescuestre español en el Campeonato del Mundo.
P- Se convirtió en Campeón de España con Merlín, el pasado mes de junio ¿Qué ha supuesto para usted haber ganado la medalla?
R- Ha sido un triunfo que te da mucha alegría porque es un trabajo de equipo que vas luchando poco a poco, y claro cuando pasa pues no puedes creértelo. Al final, no lo gané yo solo, lo conseguí gracias a mi caballo y a toda la gente que hay detrás de todo esto. Todo mi equipo es ganador, desde los preparadores, entrenadores (Mario Vallejo, Antonio Valencia), hasta tu propia familia que está apoyándote desde el minuto uno. Es decir, sin ese equipo habría sido imposible llegar a ganar.
P- Dentro de unas semanas, entre el 6 y el 14 de agosto, se disputará el Campeonato del Mundo de Doma Paraecuestre en Herning (Dinamarca). ¿Cómo consiguió ser uno de los elegidos para ir a disputarlo? ¿Quién le acompañará?
R- La plaza la conseguí en el Torneo Internacional de Bélgica, donde seis de nosotros fuimos seleccionados porque sacamos las mejores puntuaciones. Aun así, escogieron a tres para representar a España en los Juegos Ecuestres Mundiales, y la verdad es que yo he tenido la suerte de estar entre los elegidos. A este campeonato iremos en equipos, por eso me acompañarán Alberto Ferrol e Iker Beitia.
P- ¿Cómo va a afrontar este torneo? ¿Se encuentra preparado?
R- Estamos ya preparándonos. De hecho nos han convocado en una hípica de Serrada (Valladolid) a todos los que vamos a ir, para revisarnos y ver que está todo bien. Allí estará, Pepe Raga, el director, que nos dirige al equipo, y Fátima Cao que lleva todo lo de las competiciones. A mis compañeros, ya les conozco porque coincidimos en el torneo de Bélgica, y hay bastante buena relación porque nos intentamos ayudar unos a otros.
P- ¿Sueña con ser campeón del mundo en su modalidad?
R- Claro que me gustaría, pero ahora mismo no lo tengo en mente porque hay mucho nivel. Igualmente tengo un objetivo que es como mínimo realizar la prueba de la Kür. A esta prueba entran los diez primeros, y claro estar entre ellos ya sería un privilegio. Para llegar a ella, primero tengo que pasar las dos primeras 'reprise', que las hace todo el equipo. Y con la puntuación que haya obtenido en esas dos primeras fases, se decide si entras en la Kür o no. En la Kür, haces los ejercicios individualmente y con una música que hayas escogido. Por eso, mi sueño es realizar ese desfile.
P- ¿Qué planes o expectativas tiene para el futuro, a nivel profesional?
R- A nivel profesional, si somos capaces de entrar en las Olimpiadas los objetivos los veo más claros porque vamos progresando. Vamos poco a poco, por eso aún no hemos tocado fondo, y esto quiere decir que podemos llegar a niveles importantes. Por eso, queremos asistir a la Copa final del Mundo, para ganar los suficientes puntos que nos impulsen hacia las Olimpiadas de París de 2024.
P- ¿Está satisfecho con el progreso que ha tenido después de sufrir el accidente?
R- Sí, ahora mismo estoy muy contento con el progreso y la verdad esto es lo que me está haciendo que tenga ilusión y que quiera seguir hacia delante. Así, a nivel de dolores neuropáticos me ayuda mucho, porque mientras estoy entrenando o en actividad se notan menos. Por ejemplo, las piernas son lo que más me duele, y cuándo estoy montando y haciendo cosas, me olvido totalmente del dolor.
P- ¿Qué mensaje le gustaría enviarle a personas como usted, con graves problemas de movilidad después de un accidente laboral?
R- Pues cuando te pasan estas cosas, lo que más te hace reflexionar es el tiempo. Lo que está claro, es que cuando te pasa algo grave debes intentar ser positivo, no tienes que pensar siempre en lo malo. Al final esto te pega un golpe y te tumba, y cuanto antes te levantes, más pronto empiezas a funcionar. Así que, cuando una persona tenga un problema, no tiene que pensar en él, sino en que puede hacer para solucionarlo.
P- Y para finalizar, ya me ha mencionado anteriormente lo importante que es para usted Merlín. ¿Cree que el caballo es el mejor amigo del hombre? ¿Su caballo para usted es Dios?
R- Pues sí, para mí es una de las cosas que he tenido mucha suerte de encontrar, porque es el animal ideal. Es súper tranquilo y dócil, no extraña ningún sitio donde le llevamos a competir. Tenemos la seguridad de que no se va asustar de nada, y para mí es mágico. Tengo muy buen vínculo con él, y parece que tiene hasta un instinto protector.