Paco Núñez, líder regional del PP, es un entusiasta y llega feliz al Debate de la Región que se celebra este martes y el miércoles en las Cortes de Castilla-La Mancha. El presidente Emiliano García-Page aspira a meterle en la trituradora parlamentaria y hacerle picadillo, pero Núñez lleva días chutándose en vena la alegría de las encuestas de todos los periódicos (¡hasta el sanchista El País!) y soñando con que la victoria demoscópicamente anunciada de Alberto Núñez Feijóo venga precedida de la suya propia en las autonómicas de mayo. Un tipo optimista: el que no se consuela es porque no quiere. Ganarle a Pedro Sánchez, ese hombre, tal vez sea una tarea relativamente sencilla para Feijóo, ya veremos, pero hacerle la mudanza a Page del Palacio de Fuensalida exige un triple salto mortal mucho más acrobático y complejo, digan lo que digan las encuestas. Es verdad que la ola antisanchista es poderosa, y hasta el propio García-Page se ha subido en ella, pero está por ver que vaya a llevarse por delante a los socialistas en Castilla-La Mancha. Ya lo dijo Narciso Michavila: la castellano-manchega será una de las grandes batallas electorales de la primavera.
Entre tanto, Page y Núñez calientan el debate a garrotazos. Qué edificante. Los tíos son así, tan dados a la pelea de gallos. Este fin de semana se han cruzado “cuchillos afilados” a través de sus respectivos equipos y mientras los unos hablan del “pozo socialista” los otros señalan con el dedo a los “herederos” de María Dolores de Cospedal, que no se la quitan de la boca. Es una triste rutina en la que el PSOE y el PP andan metidos desde la Antigüedad, aburriendo a todo el mundo y lanzándose vulgaridades, lo que me lleva a pensar que, en esencia, el Debate de la Región pasará de nuevo con más pena que gloria y sin ninguna especial utilidad para la gente. Ya se sabe que Page hará ciertos anuncios de calado y se subirá al carro de la bajada de impuestos del PP, pero todo lo demás va a ser un combate cuerpo a cuerpo enseñando músculo para la foto de mayo. Núñez tendrá la última oportunidad de presentarse como la gran alternativa, aunque ya veremos si es capaz de conseguirlo. O sea.
Pero lo más interesante del fin de semana en estos papeles digitales ha sido el sensacional reportaje de una de mis periodistas de cabecera, la gran María López, sobre Goyi Gómez, la madre coraje de Talavera que se ha graduado en la Universidad de Castilla-La Mancha junto a Víctor Cobo, su hijo con discapacidad, después de mucho esfuerzo y una valentía sin límites. Una preciosa historia de amor y superación con la que nos hemos emocionado y que es tan bonita y ejemplar como la forma de contarlo de María: “Rendirse no es una opción para Víctor Cobo y su madre, Gregoria Gómez”, una madre y un hijo cuyo maravilloso recorrido tuvo el final feliz que se merecían cuando el pasado 13 de septiembre subieron al escenario de la Universidad para recoger los frutos de su adorable aventura. Yo quiero más.
Y en fin, redondeo la columnilla con mi declaración de amor a Cuenca, que se ha convertido en finalista para ser la Capital de la Gastronomía Española en 2023, un reto espectacular al que mostramos todo nuestro apoyo. No será fácil para Cuenca alcanzar su objetivo: tendrá que competir con Oviedo y Pontevedra y las dos potentes candidaturas que han presentado, pero Cuenca es especial, está de buen año y amaríamos al jurado si el 16 de noviembre resulta elegida para esta anhelada capitalidad. Todos con Cuenca y todos con su alcalde, Darío Dolz, que la representa en este horizonte. Todo un sueño. ¡Vamos!
Un jefe de cine
Que no se me pase contar brevemente esta historia. Resulta que José Fidel López, el jefe de prensa del alcalde de Albacete, Emilio Sáez, es un gran cinéfilo y tiene un precioso blog, o lo que sea, llamado “Cuentos de Cine” en el que da rienda suelta a su pasión y cuenta sus cositas de una manera adictiva y siempre con Albacete como eje y punto de referencia. José Fidel es un buen tipo y un gran profesional y aquí dejo constancia de lo bien que lo hace. Su último “cuento” es la historia de Carmen de Navascués, la “actriz que quiso ser Greta Garbo” y que pasó parte de su infancia en Albacete porque su padre, un militar destacado, fue destinado a la provincia. Y un detalle fantástico: a Carmen se le atribuye una relación con Alfonso XIII de la que nacería en 1926 su hija, Carmen Gravina, que se dedicó a la canción. Lo cuenta todo José Fidel. No se lo pierdan.