Durante los últimos meses, está teniendo lugar una oleada de 'ecovandalismo' a conocidas obras de arte expuestas en museos de todo el mundo. En mayo, un visitante del Louvre arrojó un pastel contra la vitrina de La Gioconda; en octubre, dos ecologistas lanzaron sopa de tomate a Los Girasoles de Van Gogh y otros dos puré de patatas contra un cuadro de Claude Monet; y el pasado sábado, dos activistas de Futuro Vegetal pegaron sus manos a los marcos de los cuadros de La maja desnuda y de La maja vestida en el Museo del Prado de Madrid.
El mundo de la cultura mira con preocupación las grandes obras que cuelgan de las paredes de los museos ante los frecuentes ataques por el cambio climático y algunos ya han decidido extremar las precauciones pero, ¿qué va a pasar con los de Castilla-La Mancha?
Fuentes de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes han informado a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM que de momento "no se va a reforzar la seguridad en los museos de la región porque con la que hay ahora mismo es suficiente". "El personal estará más pendiente por si ocurre algo de este tipo, pero es imposible tener controlados a todos y cada uno de los visitantes", han precisado.
Estas mismas fuentes han indicado que aunque hay detectores de metales, "pueden pasar con un bote de pintura de plástico", algo que sería muy difícil de detectar. "Si quieren cometer un acto vandálico, lo van a hacer y la única solución para evitarlo sería echar el cierre", han señalado.
Por su parte, el Ministerio de Cultura ha instado a los museos estatales a extremar las medidas de seguridad. Según ha informado a este medio, el pasado 24 de octubre se envió un comunicado a todos ellos para pedirles más exhaustividad en el cumplimiento de las normas de acceso que ya se deben cumplir para acceder al recinto, como la prohibición de introducir elementos y bebidas en las salas, mochilas y bultos grandes, paraguas u objetos punzantes, etc.