No está siendo, al menos por el momento, un otoño especialmente frío en Castilla-La Mancha. Podría decirse, incluso, que las temperaturas diurnas de este mes de noviembre son sorprendentemente altas cuando sale un día soleado y despejado. Pero, como es normal en esta época del año, los termómetros se desploman al caer la noche y ya son muchas las localidades castellano-manchegas que bajan de los cero grados durante la madrugada.
Este domingo, la mínima se ha registrado en Molina de Aragón (Guadalajara), siempre a la cabeza en este tipo de listados. Allí, a las 8:20 horas de este domingo, el termómetro de la estación meteorológica de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha marcado 4,3 grados bajo cero.
Sigüenza, otra población guadalajareña, ha soportado una temperatura de 2,9 grados negativos, una décima por debajo de la registrada en Tembleque (Toledo), donde el mercurio ha bajado hasta los -2,8 grados a las 5:50 de la madrugada.
El cuarto pueblo más frío de Castilla-La Mancha en lo que llevamos de domingo ha sido Mira (Cuenca), con una temperatura de 2,3 grados negativos. En Almansa (Albacete) han llegado a -2 grados.
Por detrás se han situado Nerpio y la Base Aérea de Albacete, con -1,6 y -1,4 grados, respectivamente. En Tomelloso (Ciudad Real) también el mercurio ha bajado hasta los 1,4 grados negativos.
Los siguientes pueblos más fríos han sido Madridejos, en Toledo, con -0,8; Brihuega, en Guadalajara, con -0,7; Munera, en Albacete, también con -0,7; y Campisábalos, en Guadalajara, con -0,5 grados.
Posible descenso
Respecto a la próxima semana, el portavoz de la AMET Rubén del Campo reconoce que hay escenarios "bastante diversos". El más probable apunta a que las lluvias quedarán restringidas al tercio norte peninsular y Baleares. Las temperaturas caerán el lunes y el martes, y podrían seguir bajando ligeramente. Habrá heladas nocturnas en las zonas de montaña, en la meseta y en los páramos del centro y la mitad norte.
"El patrón atmosférico que hemos tenido estos días de flujo de los oestes, con paso de borrascas y frentes atlánticos pasando al Mediterráneo, podría cambiar, a finales noviembre e inicios de diciembre, y dar paso a otro completamente diferente con entradas de vientos de noroeste y norte debido a un patrón de bloqueo atlántico al oeste de la Península", explica por su parte el meteorólogo Francisco Martín León de Meteored y la RAM.
"El pasillo de borrascas por la Península de oeste a este (con aire húmedo y suave) podría dar lugar a la reorientación de dicho pasillo en el flujo meridional de norte a sur (frío) hacia la península Ibérica. De esta forma, se podría dar un descenso de temperaturas con nieve en zonas del norte, si el flujo tiene recorrido marítimo", explica Martín. "Hay ciertas probabilidades que una entrada de norte se esté gestando con el cambio de mes y la entrada del invierno meteorológico".